El caso Coronel
La reciente detención en Estados Unidos de Emma Coronel, esposa de Joaquín Guzmán Loera, genera una nueva e importante interrogante que impactará la procuración de justicia en México.
Hasta ahora se desconocen de manera oficial todos los detalles de los motivos que generaron la aprehensión de Coronel, tras llegar a Virginia procedente de un vuelo de nuestro país. Solo se dio a conocer de manera un tanto confusa que la detenida presuntamente habría participado en un intento de fuga de su esposo, antes de ser extraditado a Nueva York, así como en una conspiración para traficar drogas desde la cárcel mexicana en la que se encontraba.
Esto ha generado la especulación hacia dos posibles teorías. Una, potenciada por la revista Proceso a través del testimonio de agentes estadunidenses anónimos, plantea la posibilidad de que Coronel estaría en realidad negociando con autoridades americanas su incorporación al programa de testigos protegidos, debido a supuestos enfrentamientos con los hijos de Guzmán Loera que actualmente operan el Cártel de Sinaloa.
La segunda, estimada en parte por las informaciones divulgadas por el colmilludo reportero de judiciales del New York Times, Alan Feuer, se orientarían hacia la estrategia de apelación que ha estado trabajando la defensa del capo, con el fin de anular su juicio y la sentencia establecida, argumentando una serie de irregularidades y prometiendo (¿o amenazando?) que, ahora sí, en caso de un nuevo juicio, Guzmán Loera subiría al estrado para declarar tantas cosas que se guardó en el proceso anterior.
Según esta teoría, la detención de Coronel representaría un intento de presión o negociación por parte de las autoridades estadunidenses para buscar que Guzmán Loera y su defensa desistan del recurso de apelación en marcha.
Sea una o u otra teoría (o una mezcla de ambas), la realidad de caso Coronel puede desencadenar de nueva cuenta una serie de eventos políticos, económicos y criminales de alto impacto en México, por lo que cabe otra vez la pregunta de por qué temas relativos a nuestra justicia tienen que ser procesados y deliberados en otro país.
¿Qué le hace falta a nuestro sistema judicial para encargarse de los asuntos de la mafia?
Se desconocen de forma oficial todos los detalles de su aprehensión