“Señor Cara de Papa y Grinch: llegó su turno en las cancelaciones”
Cerramos otra semana de cancelaciones culturales y sí, el uso político de ellas, pero en el mundo woke, o como diríanalgunosRepublicanoscomo Sean Hannity, “Liberales psicópatas”, no todos los escándalos fueron creados iguales. Ahora le tocó al Dr. Seuss (El Grinch, The Cat in a Hat) y de pasada a Mr. Potato Head, asunto que aparentemente es más grave que el covid para muchos conservadores. La cosa es esta: tanto en el caso del personaje entrañable de Hasbro (que ahora solosellamaraPotatoHead)como en el del legado de Dr. Seuss (dejarán de circular seis títulos que muestran imágenes que podrían ser consideradas racistas) ellos mismos decidieron tomar la decisión de hacer esos cambios. Nadie los canceló. Solo se adaptaron.
Los Muppets lo vivieron la semana pasada con Disney+, pero no desapareció nada, solo se puso una advertencia respecto a la forma en la que ciertos arquetipos son representados. Lo mismo con Dumbo y las cintas de esa era que tenían un contexto clarísimo de Jim Crow, una en la que los afroamericanos sufrieron terribles injusticias y maltrato, incluso después de la esclavitud.
Es todo un debate, ¿qué queremos conservar del pasado y cómo? Estas no son estatuas de los héroes de la confederación esclavistas, son íconos de lo mejor de nuestras infancias. Y digo nuestras, porque dentro de esta histeria, tanto de cancelar como de considerar esas cancelaciones lo peor que le podría pasar al mundo, ocurre en un contexto de entretenimiento global y lo que pase ahí nos afectará a todos. Ahora, cuando vengan por Tin Tan o Cri-Cri, ya será otra conversación por completo.