Errores que cuestan sexenios
Haydecisionesque,unolosabeinmediatamente,sonequivocadas.Yaúnasíse toman. Uno lo hace, sabiendo que no es lo mejor, pero por alguna razón, se continúa con el error.Estegobierno,esdecirestepresidente,sehaequivocado en muchas, evidentemente. Él probablemente nunca lo va a admitir, pero allí están las consecuencias, demostrando con los hechos, día a día, el tamaño delerror.
Menciono tres que han señalado y probablemente marcarán el resto de su sexenio, el cual ya va casi a la mitad, tomando en cuenta que quien lo sustituya será votado en poco más de tres años. El primer gran error fuelacancelacióndelaeropuerto.
Fue la señal, para inversionistas, iniciativa privada y observadores nacionales e internacionales, de que la ideología y los caprichos primarían por encima de la sensatezylaprudencia.Elsegundogranerrorfuemantener a Bartlett dentro de la estructura de gobierno.
Indicó claramente a muchos que el discurso sobre la ética gubernamental y la lucha contra la corrupción eran sólo bonitos lemas de campaña, o que dependían de la cercanía, favores políticos prestados o razones similares. Fue entonces un golpe directo a la autoridad moralquesepregonaba.
La tercera es haber sostenido la candidatura de FélixSalgadoMacedonioquien,independientementede la cuestión estrictamente judicial o desenlace político, ha venido a poner en evidencia el machismo del Presidente y de buena parte de la 4T. Machismo digerido, avalado y tragado como sapo por muchas mujeres que por alguna razón quieren seguir teniendo el favor de LópezObrador.
Pero no entender el reclamo de las mujeres mexicanas, de los familiares de las asesinadas y desaparecidas, de las violadas, de las vejadas, de las hostigadas, de las maltratadas, de las despreciadas, de las tratadas inequitativamente, es no haber entendido en qué país vivimos.
Poner por encima del reclamo la protección de los monumentos históricos es no haber escuchado el grito cada vez más potente, la necesidad más urgente, de másdelamitaddelasociedadmexicana.Alfinal,elmuro construido constituye un símbolo muy fuerte que muestra el creciente aislamiento que este presidente y su gobierno están teniendo frente a las necesidades y demandas de una sociedad que ya no aguanta una mentira más, un acto impune adicional, un desprecio adicionalporlosderechosdelaspersonas.
Los muros protegen a quien se siente amenazado, perotambiéndividenyaíslan.Laimagendelpresidente encerrado en su palacio, defendiéndose del pueblo y enparticulardelasmujeres,esmásfuerteypesarámuchosobresugestiónysutanansiadocomomegalomaniacolegadohistórico.
Estanobvioelerror,quecuestatrabajoimaginarlos motivosesgrimidosparaponerdichomuroylaincapacidad de quienes están a su alrededor para convencerlo de los enormes costos políticos de la medida. Pase lo comoarenaentrelosdedos._ quepase,yanadaseráigualenestesexenio.
El muro es el símbolo del desinterés y falta de empatía de quienes lo mandaron hacer y están adentro, física o mentalmente. La supuesta autoridad moral, autoconstruida,seleescapadelasmanosalPresidente