El Presidente se enfada, enfurece porque las cosas no resultan como él quiere que resulten. Y entonces arranca a injuriar y destruir reputaciones: “bajo la excusa del estado de derecho”. Dios de bondad
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil recogía algunos de los ecos del pleito del Presidente con el Poder Judicial. Liópez Obrador dijo que “sería lamentable que después de todo el daño que la oligarquía ha causado al país, sigamos permitiendo el abuso y la prepotencia bajo la excusa del Estado de Derecho”. Si los amigos abogados del Gilga no se equivocan, el amparo provisional es un derecho que cualquier ciudadano tiene para protegerse de las decisiones de la autoridad.
Por lo demás, las desavenencias entre particulares siempre han existido, y los litigios entre particulares y el Estado igual, pero el Presidente se enfada, enfurece porque las cosas no resultan como él quiere que resulten. Y entonces arranca a injuriar y destruir reputaciones: “bajo la excusa del estado de Derecho”. Dios de bondad. O las cosas se hacen como digo yo, o los atropello con el camión de la mañanera, por cierto, un camión grande. Un Presidente irascible, propenso a la ira, según el tumbaburros, es capaz de pasar por encima de instituciones, leyes, procedimientos legales: investígueme a Perengano, revisen el pasado de Sutana. Todo el daño proviene del pasado neoliberal; todas las virtudes, del presente de la transformación que yo represento. ¿Cómo se llamó la obra? Gil tiene miedo de ponerle nombre: ¿Tiranía?
Zaldívar
El titular de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar, respondió con seriedad republicana a la carta airada del Presidente subrayando la división de poderes: “Sólo si hay elementos” se abrirá una investigación contra el juez Juan Pablo Gómez Fierro. Así imprimió Milenio su primera plana: “Se velará por autonomía en el caso del juez: Zaldívar”. “Es presupuesto de la democracia y el Estado de Derecho que jueces puedan actuar en un marco de autonomía e independencia”.
El diferendo por los amparos contra la Ley Eléctrica ha puesto al descubierto la cólera incontrolable del Presidente y su desprecio a la división de poderes. Oh, sí, con la pena.
Más de los rescates culturales
Gilga les ha seguido la pista a los rescates culturales en el mundo. Una nota de Sarah Cascone en Artnet News informa que “el Congreso de Estados Unidos ya aprobó oficialmente el American Rescue Plan Act 2021 impulsado por el Presidente Joe Biden con un paquete de estímulo de 1.9 trillones de dólares. Con él viene un impulso significativo para las artes y la cultura”.
La legislación de alivio incluye 470 millones marcados para organizaciones culturales, con 135 millones para El Fondo Nacional de las Artes (National Endowment
for the Arts, NEA) y la misma cantidad para el Fondo Nacional de las Humanidades (National Endowment for the Humanities, NEH), así como 200 millones para el Instituto del Museo y los Servicios Bibliotecarios.
El 60 % de lo entregado al NEA y al NEH se separó para apoyos directos y gastos administrativos relevantes en la programación relacionada con la pandemia. El resto se entregará a las agencias de arte estatales y organizaciones artísticas regionales para apoyar instituciones locales y no lucrativas.
Es más dinero que los 75 millones recibidos por el NEA y el NEH respectivamente en el primer rescate cultural del año pasado (del que ya escribió Gil), además de que se suma a los 5.25 millones de dólares de aumento a su presupuesto que se aprobaron en diciembre del año pasado.
En referencia a todo el paquete de rescate económico aprobado recientemente (donde se incluyen estos apoyos al mundo de la cultura), Biden declaró: “Esta legislación tiene como fin darle a la columna vertebral de esta nación –los trabajadores esenciales, la gente trabajadora que construyó el país y lo mantiene en pie– una oportunidad para seguir luchando”.
El PresidenteTrump intentó disolver el NEA durante su período presidencial, pero ya se le rescató. El NEA y el NEH duplican con esto su presupuesto para 2021, pero siguen sin alcanzar el monto total para compensar al mundo cultural por todo lo perdido durante la pandemia.
Tan solo la Ciudad de Nueva York perdió dos terceras partes de los empleos relacionados con el mundo del arte en 2020. La nueva legislación incluye préstamos para artistas y una cuota de apoyo individual por mil 400 dólares.
Todo es muy raro, caracho, como diría Montesquieu: “No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia”.
¿Cómo se llamó la obra? Gil tiene miedo de ponerle nombre: ¿Tiranía?