Guerra sucia
días del arranque de las campañas para diputados federales y locales en Hidalgo, la guerra sucia se asoma y con ella las prácticas añejas y tradicionales para atacarse entre rivales políticos.
El caso más reciente fue el de Benjamín Rico, precandidato a diputado federal en Pachuca por la alianza Va por Hidalgo, que por primera vez competirá abanderando al PRI, PAN, PRD y PESH, lo cual se supone que debe abonar a que no haya tantos frentes y enemistades.
Sin embargo, la guerra siempre comienza de adentro para afuera y en días pasados el propio Rico dio a conocer que acudióalaUnidaddeInteligenciaFinanciera de la Secretaría de Hacienda, para solicitar información sobre si existe algún proceso o investigación en su contra.
Evidentemente, quien no tiene señalamientos puede replicar con mayor facilidad y con toda la certeza de que la razón y la ley le asisten. Sin embargo, los posicionamientos de salida para comenzar con las campañas desde este domingo entrante, hacen que la difamación política sea una de las primeras armas a emplear. Rico no es el único, pues hay más casos como el de Simey Olvera, precandidata a diputada federal en Actopan por Morena, PT, Verde y Panal, quien también ha sido blanco de constantes ataques por personajes y medios regionales en el Valle del Mezquital. Sin probar nada, los adversarios parecen tomar alaligeraquehaynuevasmodalidadesen los procesos electorales y una de las más importantes son las nuevas normativas en cuanto a delitos electorales, violencia política de género y transparencia en las contiendas. No serán los únicos casos, pues se avecinan malas decisiones de los que aspiran a puestos de elección, quienes al verse superados en encuestas, se valdrán de toda clase de artimañas.