Haunted Latinoamérica, de Netflix
El Rubio en la serie El recluso.
Netflix volvió a sorprender a muchas personas con el estreno, ayer, de Haunted Latinoamérica, la versión panregional de su formato Haunted (Lo que vi). ¿Qué es Haunted? El típico programa de terror en el que se dramatizan historias de fantasmas, monstruos y cosas peores.
¿Qué tiene Haunted de especial frente a todos los programas de ese tipo que existen en el mercado? En términos de producción, nada. Pero en términos de distribución, todo.
No es lo mismo ver una emisión de este tipo en televisión abierta privada nacional o en los cables y las antenas directas al hogar, deseando ver más después de cada episodio, a tener toda la temporada completa ahí para maratonear, gozar y gritar.
Además de que en el caso muy concreto de Haunted Latinoamérica, estamos hablado de nuestras historias, de casos de nuestros países, de nuestro México y hasta de nuestras ciudades, como Chihuahua. Es un gran viaje que, a ojo de buen cubero, está producido desde Colombia para toda América Latina.
¿Por qué habría que ver esta propuesta? Porque rompe por completo con el espíritu bíblico de la Semana Santa, porque es morboso y porque, finalmente, es un buen distractor. Es entretenido.
¿Cuál es la nota? El giro que está tomando Netflix en términos industriales.
Tengo la impresión de que estas señoras, de que estos señores, están produciendo y programando cada vez más como se produce y se programa en la televisión abierta, lo cual es un gran acto de reconocimiento para la televisión abierta.
Peronodejadeserpreocupante considerando que las plataformas triunfaron por romper precisamente con los contenidos y la programación de la televisión abierta. ¿A poco no?