Fe contra pandemia. Cinco décadas de representación
Pandemia. Unas 50 personas siguieron la procesión; la mayoría observó desde sus casas, en ventanas y azoteas
Por 50 años la colonia Cubitos en Pachuca ha sido protagonista del Viacrucis, una de las prácticas religiosas más populares entre la comunidad católica que, a pesar de la crisis sanitaria, se realizó con la devoción requerida; inició con un Padre Nuestro general para luego dar pie a la Pasión y la llegada al cerro del Calvario, recorrido que fue acompañado por solo unas cuantas decenas de personas .
Por 50 años, la colonia Cubitos ha realizado el Viacrucis, una de las prácticas religiosas más populares entre la comunidad católica que, a pesar de la pandemia, se logró realizar con la devoción requerida; todo inició con un Padre Nuestro en una sola voz en las canchas deportivas de esta colonia, donde se representó su pasión, desde el Pretorio de Pilates hasta el Calvario.
Jesús Hinojosa, el hombre que dio vida a Jesús, tomó su papel y entre insultos de los que representaban a los soldados romanos, tomó la cruz de 90 kilos y comenzó su recorrido en donde algunas personas con menores de edad, acompañaron esta procesión.
Este viernes santo la mayoría de la población se asomó por sus ventanas, así como por las azoteas y se colocaban en las puertas de entrada de sus hogares para ver la actuación de unos 30 participantes que se dieron cita para que esta tradición no se pierda dentro de la colonia Cubitos. Cinco patrullas de la policía municipal y dos motorizadas, resguardaron el cortejo desde la calle Veracruz hasta el Calvario, en el cerro de Cubitos.
Hacen caso omiso
A pesar del llamado de las autoridades sanitarias para evitar que la gente participara en este tipo de actos religiosos durante esta celebración religiosa, unas 50 personas hicieron caso omiso y siguieron la procesión, “pues es que años atrás no se puede ni pasar y yo soy devota del Viacrucis, así que ahora decidí seguir la procesión, porque el año pasado no hubo nada”, refirió la mujer, que con botella de agua en mano, continuó el ascenso hacia el cerro de Cubitos.
Y así, el asenso estuvo acompañado de gente de la comunidad, niñas y niños, jóvenes y elementos de seguridad que resguardaron el camino de los creyentes hacia el Calvario, mientras el viento soplaba y las nubes se acomodaran sobre las cruces de madera que se levantan en el lugar.