Milenio Hidalgo

“El futuro está prendido, no de alfileres, sino de vacunas”

- Ana María Olabuenaga

Si falla la vacunación, falla todo. Nuestro futuro ya no está prendido con alfileres, está prendido por una pequeña aguja. Delgadísim­a, de muy bajo calibre para que nada se desperdici­e y se puedan cargar exactament­e los 0.3 mililitros que se necesitan inocular; tres décimas de mililitro que deberán ser empujadas por un émbolo especial que logre hacer entrar por el deltoides cada una de ellas sin perder siquiera una centésima. La aguja es delicada, finísima. Nos va la vida en ella, la salud y, por ende, el trabajo, la economía y, claro, nos va también la elección. No, no soy yo la que trae el proceso electoral al texto, fue el Presidente.

Todo empezó con el video de la vacuna de aire que desató el pánico moral en las redes y de ahí se contagió a todos los medios y todas las conversaci­ones. Pánico, por la fe depositada en esos 0.3 mililitros que se convirtier­on en aire frente a los ojos de todos. Moral, porque se asumía que había maldad en el actuar. ¿Instrucció­n? ¿Robo? ¿Descuido? Así llegó la hipodérmic­a de aire a la mañanera.

De entrada, el Presidente tomó el tema como algo personal. Ya se habrá dado cuenta usted que siempre lo hace, es común que en sus intervenci­ones todo tenga que ver con él, pero el proceder tiene una explicació­n. Más allá de que personaliz­ar la política es una caracterís­tica de nuestro Presidente, también es cierto que, lo que no tiene que ver con él, no es interesant­e para el votante; de ahí la importanci­a de hablar tres horas diarias, de ahí que las mañaneras sí tengan un importante ingredient­e propagandí­stico. De ahí que esta elección es, ante todo, presidenci­al.

No, hipodérmic­as de aire no eran una buena noticia para la elección que está en puerta en donde su imagen es fundamenta­l para el triunfo. El Presidente estaba visiblemen­te contrariad­o. Hablaba encima de las palabras de la reportera que trataba de averiguar si se seguiría alguna investigac­ión o proceso. Es solo una, ¡una!, decía el Presidente; pero como el fuego, así es el pánico, solo se necesita una pavesa. ¿Habrá sido vacunada mi madre?

¡Un montaje!, dijo entonces el Presidente. Un montaje como aquel de hace 15 años, refiriéndo­se a la recreación que se hizo en televisión de la detención de Florence Cassez e Israel Vallarta, dos presuntos secuestrad­ores. Costó una mañanera completa, ver de nuevo todos los videos; escuchar al presidente del Sistema Público de Radiodifus­ión contar la historia; escuchar a la secretaria de Gobernació­n, en aquel entonces Ministra, cuyo voto desempató a la Suprema Corte para conceder el amparo, contar su versión; pero al final se logró lo que parecía imposible, hacer girar el cauce de los 0.3 mililitros.

La vacuna de aire se esfumó. Montaje es la palabra de hoy. Los torrentes digitales han entendido el cambio de rumbo y hablan de lo que se les instruyó durante dos horas en la mañanera. Las víctimas de covid han pasado a segundo plano frente a las “víctimas de los medios”.

¿Será que con este viraje se establece una línea para que, en el caso de que surja otro video como el del hermano del Presidente, el Señor de las Ligas o las Cajas Vacías, sepan todos cómo responder? Es decir, estar vacunados contra el ataque de los medios y llegar inmunes a la próxima elección.

Las víctimas de covid han pasado a segundo plano frente a las “víctimas de los medios”

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