Hermosa venganza
Tenía literalmente los huevos en la garganta... Disculpen la expresión, pero es la única forma de invitarlos a ver uno de los filmes más impactantes de los últimos años. Lo que empezó como una comedia negra terminó en un thriller donde las emociones despiertan y tomas partido por el lado de las mujeres —si tienes sentido común. No va de feminismo o denuncia del patriarcado. No. Pero sí de una actualidad para entender, por ejemplo, por qué tantos cientos de mujeres salen a la calle a pintar bardas y rayonear monumentos artísticos. Si no entiendes por qué, la película te da respuestas imposibles de evadir: terminas dándoles la razón.
Hermosa venganza es un concepto estilístico donde el guion, la dirección y las actuaciones te orillan a la indeclinable sensación de pensar, sí, pero desde las emociones, seas hombre o mujer. No va de buenos o malos. No. Va de la comprensión del arte cinematográfico, ahí donde la cultura pop, la música o la escenografía; esa hibridez de estilos y géneros que se sirve la directora Emerald Fennell para recrear una historia donde nadie de la sociedad enferma, falta. No importa la clase social o raza de donde provengas. Importa la capacidad de dañar a la otra en el momento que no tomas responsabilidad de tus actos y gustos sexuales. Una tragedia “olvidada” por todos —menos por una persona—, nos avienta a la concientización final, queramos o no. Es imposible omitir partido.
Carey Mulligan es la actriz que encarna a Cassandra (¡amo a Cassie!): una revolución individual que estalla en una revolución colectiva. El detonante para pensar diferente el actual mundo social —y su disparidad de sexos. La música en el filme es determinante para llevarnos como una sinfonía de emociones encontradas hasta ese momento donde es posible argüir que estamos dispuestos a cambiar un sistema social disparejo. La película no pide nada, salvo la aceptación de los convencionalismos del arte. Si te dejas llevar el debate después de la función será fructífero y constante. Será la discusión de muchos años, hasta que terminemos con la desigualdad entre hombres y mujeres.
Si no les dan el Oscar a la directora y la actriz, entonces no entendimos el nuevo cine. Punto.
¡Corran la voz!
Si no les dan el Oscar a la directora y la actriz, entonces no entendimos el nuevo cine