“Los gobiernos de América van contra los mensajeros”
La presidencia de Donald Trump en Estados Unidos consolidó un problema serio en el mundo: los gobernantes buscan modificar los datos y la realidad a su antojo. Ante información real que los afecte, los gobiernos—no importa si son de derecha o izquierda— y sus seguidores siguen un manual básico: negarlo todo, atacar al mensajero y desviar la atención del problema principal.
En solo una semana, tres colaboradores de Post Opinión, la sección de opinión en español de The Washington Post, fueron atacados desde el poder mediante esos pasos, que parecen ya ser norma.
Yasna Mussa, colaboradora en Chile, escribió un artículo cuya premisa era simple: las autoridades de ese país se confiaron por el éxito en la vacunación y bajaron la guardia, lo cual hizo que los casos de covid-19 aumentaran. El mismo día, The New York Times lanzó un reportaje diciendo lo mismo: “A pesar de la rápida campaña de vacunación contra la covid-19 en Chile, los casos aumentan”.
Eso ocasionó que el ministro de Salud, Enrique Paris, buscara desmentir a ambos medios diciendo simplemente: “Esta noticia no es verdad”. Después, Gabriel Zaliasnik, abogado del presidente (derechista) Sebastián Piñera, publicó en el diario La Tercera un artículo en el que buscaba desprestigiar a Mussa diciendo: “Estamos en presencia de un hábil intento de des estabilización por la vía de construir un relato alternativo de la historia, una narrativa falaz con mezquinos objetivos, en el que activistas chile nos escriben en medios extranjeros auspiciados por fundaciones internacionales sin revelar sus conflictos de interés”. Quien buscaba construir un relato alternativo de la historia era Zaliasnik.
Roberto Valencia, colaborador en El Salvador, publicó en exclusiva que el presidente Nayib Bukele (de una postura política indefinible) había hecho un desplante aRicardoZúñiga, un alto funcionario est ad u ni dense, al no reunirse con él. Llegaron decenas de ataques enTwitterp ar a Valencia. En uno de ellos Walter Ar a u jo ,“analista político” y miembro de Nuevas Ideas, el partido de Bukele, dijo: “Éste (sic) ‘vasco’ cree aún estamos en tiempos del descubrimiento de América y de la colonización de España en nuestras tierras. Que, con un par de vidrios falsos y brillantes, compraban la voluntad de nuestros antepasados. A otro lado con tus pajas españolete, aquí ya no engañas”. No desmintió un solo dato, solo atacó con xenofobia al periodista y buscó desviar la conversación con mentiras.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador (de izquierda) dedicó una hora y media de su conferencia matutina para atacar a Carlos Loret de Mola por un montaje que sucedió hace 16 años. La coyuntura fue que se dio a conocer en redes sociales un video en donde se aprecia que a un adulto mayor fingen vacunarlo contra covid-19 (lo vacunarían posteriormente), y al mandatario le pareció que quizá también podría ser un montaje (no dio dato alguno para probarlo). El manual en su máxima expresión.
Más allá de los ataques a los periodistas, lo que queda claro es que hay un deseo de los gobiernos de que los hechos, los datos y la realidad dejen de existir y ser importantes para poder colocar los propios entre la población. Hay un enorme peligro en ello del que debemos, al menos, darnos cuenta.
Tres gobiernos de AL recurren al mismo manual para evadir la realidad: negarlo todo y atacar al mensajero