Sequía /y II
No se trata de que el hombre progrese –ya es demasiado tarde– sino de que se transforme rápidamente”, escribe François Augiéras, repitiendo la afligida conminación de tantos otros pensadores, científicos, narradores, místicos o artistas, voces casándricas e ignoradas que no han logrado despertar una conciencia suficiente ante el final del proceso civilizatorio judeocristiano. Una ecología de la mente que restituya el sentido de unidad sagrada (sak-ro: lo que requiere respeto máximo o veneración) con la biósfera, con un mundo viviente y la especie toda. Aquella integración del intelecto y la emoción que definió lo humano hasta el comienzo de la modernidad. Una mente creativa, como le llama Gardner, que deje atrás nuestros conocimientos y creencias, nuestra síntesis sobre la realidad y nos permita “salir de la caja”; nos lleve a desaprender, a hacer preguntas nuevas e imaginativas sobre nosotros mismos, los otros y lo otro; a desafiar los géneros establecidos y encontrar soluciones que expandan nuestro conocimiento; nos permita reducir e incluso superar los procesos lógicos para crear significados diferentes. Una mente, en suma, que no sea ya de especialistas (saber mucho de muy poco) sino de principiantes (mirar los fenómenos por primera vez). Si nuestra crepuscular y decadente cultura no logra transformarse porque en sí misma ella es el problema, será la catástrofe, esa amarga partera de la historia, la que impondrá dicha transformación. Sus costos amenazan ser descomunales.
Ya lo sabemos. El modelo de desarrollo y consumo dominante impuesto por el necrocapitalismo es la causa de pandemias, destrucciones, violencias incontrolables y sufrimientos sin fin. Nada es para siempre y alguna vez terminará. Acaso entonces el mundo pueda habitarse humanamente de nuevo. Pero ese principio esperanza debe construirse desde ahora. Si estará allá es porque comienza acá.
El modelo de consumo dominante impuesto por el necrocapitalismo es la causa de pandemias
1. Recipiente para beber.
5. Idea del modo de llevar a cabo una acción.. 8. Boca córnea de las aves. 9. Manifiestan alegría. 12. Hermana religiosa.
14. Fuente luminosa que produce una luz coherente muy intensa. 18. Alabanza.
20. Dios del amor en la mitología griega.
22. Tratamiento de nobleza inglesa. 23. Aproximadamente, con poca diferencia.
24. Desabrido, sin sal. 25. Exclamación taurina para animar. 26. Bastante. 27. Hilo poco torcido. 28. Pronombre posesivo.
29. Tuve la facultad o el medio de hacer una cosa. 32. Ave trepadora de México.
34. Cocinar a fuego directo. 38. Rezar. 39. Abreviatura de dativo. 40. Consonancia y asonancia de dos voces. 41. Óxido de calcio. 42. Cortar árboles por el pie. 44. Gorro que usaban los soldados españoles. 45. Pelo suave y rizado de algunos animales. 47. Óxido de hierro que atrae algunos metales. 49. Bastón de madera para impulsar las bolas en el billar. 50. Alero del tejado.
2. Aprietos, aflicciones. 3. Séptima nota de la escala musical. 4. Dícese de ciertas frutas muy delicadas.
5. Emitir su voz los pollos. 6. Forma del pronombre de la tercera persona singular. 7. Das por nulo. 10. Utilices. 11. Órgano de las plantas clavado en la tierra que les permite aspirar su alimento. 13. Metal precioso. 15. Motín, alboroto violento. 16. Río de España en las provincias de León, Lugo, (229 kilómetros). 17. Ermitaño. 19. Constelación boreal. 21. Acostumbrar, ser frecuente. 23. Contraer matrimonio. 29. Escaso, limitado. 30. Gusano en las llagas de los animales. 31. Cortesana que entregó Sansón a los filisteos después de haberle cortado los cabellos. 33. Abreviatura de nacional. 35. Ser mitológico mitad mujer y mitad pez. 36. Patrón, dueño. 37. Llana, sin estorbo ninguno. 42. Grado de elevación del sonido o de la tonalidad. 43. Parte que nace del tronco de los árboles y plantas. 46. Símbolo químico del actinio. 48. Contracción gramatical.