Abonos fermentados en el cultivo de café
En la actualidad, la agricultura tiene el reto de satisfacer la demanda existente de alimentos a nivel local, nacional y mundial, además de proporcionar un desarrollo sostenible para la humanidad; sin embargo, por muchos años se ha dado un manejo inadecuado de los recursos naturales como los vinculados al suelo.
Cuando se explotan los suelos agrícolas y no se restablecen componentes como la materia orgánica o el contenido de nutrientes, se pueden originar diversos problemas que impactan directamente en la alteración del ciclo de los elementos nutritivos y en la considerable disminución de la fertilidad del suelo, lo que conlleva a que el equilibrio del agroecosistema se destruya, pero esta tendencia puede revertirse siempre que los productores tomen la iniciativa en la promoción de prácticas de manejo sostenible.
Con el paso del tiempo, se ha demostrado que las técnicas de abonos orgánicos tienen influencia sobre la fertilidad de los suelos, aunque su composición química, el aporte de nutrimentos a los cultivos y su efecto en el suelo varían según su procedencia.
Además de que la elaboración de estos abonos es rápida y de bajo costo, también permite aprovechar algunas materias primas y desechos orgánicos locales para convertirlos fertilizante.
El cultivo de café, en la región Otomí-Tepehua del estado de Hidalgo, es uno de los principales productos agrícolas que ha aportado desarrollo económico y social; sin embargo, está pasando por una crisis multidimensional que involucra diversos factores como la baja fertilidad de los suelos, la incidencia de plagas y enfermedades y el precio bajo del producto.
En la Universidad Intercultural del Estado de Hidalgo se tiene el compromiso de aprovechar los conocimientos tradicionales que permitan la construcción de un futuro sustentable.
Por lo que, algunas investigaciones relacionadas con la producción del café en esta región hidalguense proponen el uso de biofertilizantes o biofermentos, tales como el biol y bocashi para mejorar la fertilidad de los suelos agrícolas y cuyo beneficio es generar un crecimiento vigoroso de raíces, follajes, floración y fructificación para una rápida recuperación de las plantas después de la cosecha.
Cabe mencionar que para preparar los biofertilizantes se utilizan insumos de la región; por ejemplo, para bocashi se emplea tierra de monte, estiércol de bovino, harina de roca, bagazo triturado, carbón, zacate de maíz, ceniza, levadura y panela, mientras que para el caso del biol se utiliza suero de leche, estiércol fresco de bovino, arena de roca, carbón, cenizas y panela.
Es importante señalar que estas técnicas se someten a una fermentación aeróbica, es decir que necesita del aire y requiere la participación activa de microorganismos y se pueden utilizar entre los veinte y treinta días después de su preparación.
Para desarrollar esta investigación se utilizan plantas de café de siete años de edad y la aplicación de los biofermentos al suelo a una profundidad entre 5 y 10 cm, durante cuatro ocasiones, con treinta días de diferencia.
La evaluación de los resultados del primer año mostró que el suministro de bocashi tiende a estimular nuevos brotes laterales en el 60% de la planta de café evaluadas respecto a las plantas testigo.
El cultivo de café en la OtomíTepehua es uno de los principales productos agrícolas