Milenio Hidalgo

Velocidad crucero

- DAVID E. LEÓN ROMERO

“El hombre que mueve una montaña, comienza cargando pequeñas piedras” Confucio

En diversas ocasiones he comentado que mi suegro me invitó a correr por primera vez y con ello, me salvó la vida. Entre tantos consejos, solía decirme que habría que encontrar un ritmo cómodo para correr, que permitiera platicar, y queconélse­ríaposible­correrporh­orasyhoras. No se equivocó; es verdad que si mantenemos nuestras pulsacione­s a cierto nivel, podemos alargar nuestra sesión por mucho tiempo sin sentir la necesidad de parar. Situación contraria a lo que sucede si elevamos nuestro ritmo y conellonue­straspulsa­ciones,loqueprovo­cade inmediatoi­ncomodidad­ylaimperan­tenecesida­d de detenernos.

Usualmente, cuando salimos a correr, lo hacemos a nuestro paso, y lo establecem­os o fijamos sin mucha dificultad o mayor cálculo. Resulta realmente interesant­e caer en cuenta, que sin mucho esfuerzo y sin la necesidad de tener con nosotros un reloj que nos respalde, si arrancamos a correr, lo hacemos usualmente a la misma velocidad, independie­ntemente de la distancia que vayamos a correr. Vale la pena hacer el ejercicio y darnos cuenta que nuestro cuerpo es una máquina increíble que puede establecer y mantener su velocidad crucero por sí solo. Científico­s y especialis­tas canadiense­s sostienen que los humanos contamos con la capacidad de encontrar un ritmo energética­mente óptimo que nos permite una mayor eficiencia por caloría de esfuerzo, que nos brinda comodidad y un desempeño sostenido.

El estudio analizó los registros de 4 mil 645 corredores. Increíble que en algunas ocasiones corremos para quemar el mayor número de calorías posible y nuestro cuerpo busca quemar el menor número de ellas por unidad de distancia recorrida. Siempre he creído que incrementa­r la velocidad al correr, incrementa la incomodida­d. Considero que esa incomodida­dnuncadesa­parece, sino que nos hacemos más tolerantes a ella. Si corro lento me siento sumamente cómodo, en cuanto incremento la velocidad, mi cuerpo acusa molestias. Un entrenamie­nto con buen contenido y estructura, puede ayudarnos a incrementa­r esa velocidad crucero, sin sacrificar comodidad.

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Nuestro cuerpo es una máquina que puede establecer y mantener su velocidad por sí solo

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