Aquí también hay una crisis
Pumas está en caída libre. Ayer fue goleado por Santos, cerrando la semana con once goles en contra; además, el Olímpico Universitario estalló contra Dani Alves, quien fue abucheado durante el juego
La crisis de Pumas se agudiza, partido a partido crece un poco más, y lo más inquietante es que no se ve cómo se le pueda poner freno, las oportunidades para cortar la hemorragia se escapan y el paciente está en estado de
shock. El bálsamo que puso Miguel Mejía Barón el pasado viernes fue un placebo, porque a la hora de medir la evolución, Universidad dio pasos hacia atrás y no hacia adelante.
Sí, en Ciudad Universitaria hay una crisis severa, de futbol, de funcionamiento, de rendimientos individuales y del colectivo. Se presentan 11 jugadores que no fungen como equipo. La memoria se ha perdido, hoy reina el caos. Donde antes existía confianza, hoy priva el temor. Si al inicio del torneo se habló de ilusión y esperanza hoy se está más cerca de la decadencia.
A Pumas le falta personalidad, el equipo no encuentra el camino del resurgimiento. Ante Santos parecía ser un escenario ideal, y no porque se hiciera menos al rival, sino porque era el momento de apelar al orgullo, al amor propio, tocaba lavarse la cara y salir a competir, pero Universidad se hundió, se está convirtiendo en un equipo carente de argumentos. El 1-5 con el que cayó ante los laguneros solo ratificó el estado de gravedad.
Todos están señalados
¿Quiénes son los responsables de la crisis? A nivel deportivo todos. El entrenador y su cuerpo técnico, porque ellos son los que trabajan en la preparación. Los jugadores porque ellos ejecutan en el campo de juego. No se puede quitar responsabilidad a ninguno, es cierto que algunos la tienen en mayor o menor medida, pero no se puede deslindar a nadie.
A Lillini le ha faltado ajustar a tiempo, tomar mejores decisiones,como en León, donde no cerró el partido. También, el cambio de sistema para incluir a Dani Alves en el once no ha sido el adecuado, se colocó al brasileño en el centro del campo y no ha funcionado, ha mantenido esa idea con otros nombres y tampoco ha sido solución.
Y en el césped todos se han contagiado del mal momento, la defensa se ha mostrado vulnerable, el medio campo ha sido superado en intensidad y no tiene capacidad de creación. Y en ataque están nublados, se les nota la ansiedad en cada balón que intentan rematar. Y sí, por lapsos hay una obsesión por darle la pelota a Alves, cuando se podrían tomar mejores decisiones. El equipo en general cae en precipitaciones y errores comunes.
“A la afición le pido paciencia y tranquilidad y pido no se enganchen con la violencia. Es un juego, pero todo tiene un límite”
Andrés Lillini Entrenador de Pumas