A mi mami, gracias por todo
La Ciencia Política ha sido mi gran pasión, pero es mi mami, mi mayor inspiración para creer en la utopía de construir un mundo mejor.
Ideario que está en el imaginario de muchas personas, y que solo será posible cuando entendamos que lo más importante de nuestro transitar por esta vida, es el legado que podamos dejar en nuestro entorno inmediato.
Por ello retomaré la frase, pensar global, actuar local… pero partiendo de lo individual.
Porque no hay manera de generar ningún cambio, si no logramos modificar ese actuar individualista, donde se pretende en cada acción un provecho personal, aun sabiendo el daño que pudiéramos causar a otras personas.
Por eso agradezco a la vida el que pudiera tener a mi mami por cuarenta años, quien no solo me trajo a este mundo, también me cuidó y procuró, y es ella, mi más grande maestra de vida.
De quien aprendí que no es fácil crecer y trascender, partiendo de un piso disparejo y desigual, con carencias y contextos complicados, donde los caminos para llegar a la meta son áridos y hostiles, pero que la disciplina, constancia, dedicación, responsabilidad y compromiso (incluye la palabra empeñada), lograremos abrir puertas (no nos las abren).
Mi mami me enseñó, que no se necesitan títulos ni cargos, para ayudar y apoyar, a las demás personas, y sobre todo a jamás perder nuestra esencia, disfrutando y maravillándonos por todo el conocimiento nuevo.
Hoy este espacio está dedicado, a mi mami, María del Carmen Montaño Morales, quien me ha dado mucho más que la vida, me dio valores y principios, pero sobre todo la humildad de aceptar los retos, disfrutar las alegrías, y entender que nuestro paso por este mundo puede ser efímero si no trascendemos para bien, con nuestro actuar diario, ya sea en lo individual, en lo familiar, en nuestra comunidad o desde cualquier espacio público.
Mamita hermosa, si bien has dejado este mundo terrenal, jamás te irás del corazón de quienes te amamos.
Gracias por tanto y por todo.