Un pueblo feliz y una patria próspera
El cartujo no ha sido bendecido con una revolución en su conciencia, y lo lamenta. De otra manera estaría celebrando el país pincelado por López Obrador en su cuarto Informe de gobierno, en vez de preocuparse por cosas tan fútiles como la calidad de la educación, la protección del medio ambiente, la seguridad o la salud.
Es un documento para los creyentes de la cuarta transformación, millones en todo el país si se miran las encuestas, satisfechos con la realidad imaginada por su líder, para quien en México “los servidores públicos actúan con eficiencia, responsabilidad y honradez, viven en la justa medianía, como lo recomendaba el presidente Benito Juárez”.
El monje se pregunta si Alejandro Gertz Manero o Manuel Bartlett Díaz viven con modestia, si Jorge Alcocer. Hugo López-Gatell o Delfina Gómez han actuado con responsabilidad, si Rocío Nahle o María Luisa Albores son eficientes. En todos los casos la respuesta es no, aunque los fieles —y los paleros— digan lo contrario.
En un debate con Alessandro Baricco, el gran periodista italiano Eugenio Scalfari escribió: “El que tiene una fe pone en ella su descanso y el sentido de su vida. Y no percibe que el sentido está en otra parte también para él” (El nuevo Barnum, Anagrama, 2022). La fe auténtica no admite fisuras, en ella está “el descanso y el sentido de la vida”. Por eso nadie, excepto sus críticos, se alarma cuando el Presidente dice: “Los programas para el Bienestar, la recuperación del poder adquisitivo de los salarios y el aumento en las remesas enviadas por nuestros queridos paisanos a sus familiares han mejorado la situación económica de la población más pobre del país”.
El impresionante volumen de las remesas representa un alivio para las finanzas públicas, pero también la multiplicación de los hogares divididos y el fracaso de una estrategia gubernamental incapaz de ofrecer trabajos dignos, buenos servicios de salud y un ambiente seguro a sus ciudadanos, obligándolos a abandonar sus lugares de origen.
El cuarto Informe es una oda a la ilusión de un pueblo feliz y una patria próspera, ojalá y algún día se haga realidad.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.
El cuarto Informe es una oda a la ilusión de un pueblo feliz