“Nuevo Hidalgo”
“La marca para una compañía es como la reputación para una persona. Se gana una reputación tratando de hacer cosas difíciles bien” - Jeff Bezos
Esta semana, comienza un nuevo gobierno en el Estado de Hidalgo, después de una hege Emonía
partidista que duró casi un siglo. El reto al que se enfrenta el gobernador entrante, Julio Menchaca, no es menor, pero tampoco son menores las gigantescas oportunidades que tiene aquel Estado tan rico, pero donde solo una pequeña oligarquía tenía acceso a disfrutar de esa riqueza.
La gran trayectoria del senador con licencia, ahora gobernador Menchaca, tanto en el sistema judicial como en el ámbito legislativo, habiendo presidido el Tribunal Superior de Justicia del Estado y como diputado, de igual forma, encabezando la comisión de legislación y puntos constitucionales.
Un gran líder, bien preparado, con un gran Estado, con una estratégica posición en muchos de los proyectos icónicos de nuestro país. La colindancia y conectividad con el AIFA, la planta de Alstom-Bombardier, ubicada en Ciudad Sahagún, que hoy fabrica el tren Maya, parques industriales, Tepeji del Río y su colindancia con la autopista más importante que conecta la ciudad México y Estados Unidos.
Uno de los principales retos para el Estado, es el de reducir las brechas de pobreza en muchas de sus regiones, yendo desde la pobreza rural en la Sierra y la Huasteca, hasta la gran pobreza urbana de sus principales municipios. Para reducir la pobreza, hay que atraer inversión y defender y consolidar la que ya se tiene, para ello, son indispensables reformas estructurales que garanticen la propiedad, el desarrollo sustentable y la inversión presente y futura.
Gigantesca oportunidad el poder consolidar la marca Hidalgo, que hoy, a primera vista, se percibe con poca y clara definición. La certeza, la defensa e impartición de justicia, deben ser un eje rector guiado por la verdad y el derecho, no por circunstancias políticas que suspenden su actuar cada vez que se atraviesa una cuestión política, un interés oculto o una elección en el Estado(que, por cierto, es muy seguido).
A nivel nacional, no es extraño encontrar escrituras emitidas por algún notario del Estado de Hidalgo para cometer un fraude en la compraventa de un inmueble, de igual manera, la obsolescencia del registro público de la propiedad y la falta de tecnología y transparencia en el mismo, provocan que empresas y familias se encuentran constantemente en riesgo de perder su patrimonio, o al menos tener que defenderlo en complejos y muchas veces corruptos procesos jurídicos.
La atracción de nuevas inversiones, con mayor valor agregado de industrias, que además de requerir de mano de obra, requieran de intelecto y ofrezcan un desarrollo para jóvenes y adultos que hagan que no únicamente deje de migrar la población en busca de oportunidades, sino, en un plazo no tan lejano, se pueda lograr que la gente vuelva en busca de estas.
El crecimiento económico, la educación, capacitación y generación de una nueva marca Hidalgo, ayudarán también a reducir la inseguridad. Un joven orgulloso de su oficio o profesión dejará de vagar buscando en el ocio y el dinero fácil la solución a su existencia. Hoy, a este gran Estado, se le presenta la oportunidad de relanzarse como un “Nuevo Hidalgo”, donde ante la oscuridad, se encuentre luz, ante la injusticia, se encuentre el estado de derecho, ante la desesperanza, se encuentren oportunidades para realizarse en lo económico y en lo profesional.
Hoy, Hidalgo tiene con qué y tiene con quién, lo único que falta es poner en práctica lo que se sabe, y hacer lo que se necesita, para que este cambio que tardó casi un siglo transforme al Estado en lo que puede ser, pero que no se le ha permitido.