Milenio Hidalgo

Muera el clasismo, sí

- VIRI RÍOS viridiana.rios@milenio.com @Viri_Rios @ViriRiosC ROGELIO AGUSTÍN

No es sorpresa de nadie que México sea un país clasista y racista. Lo que es sorpresa es que un presidente lo reconozca y llame a erradicarl­o. En esta celebració­n del 15 de septiembre, Obrador agregó al texto tradiciona­l del Grito un “muera el clasismo, muera el racismo”, un hecho inédito para la historia de nuestros “vivas” patrios.

La singularid­ad de este evento se hace evidente cuando recordamos el texto agregado por otros presidente­s. En su cuarto año, Zedillo agregó vivas a la unidad, Fox a las institucio­nes, Calderón al bicentenar­io y Peña Nieto, de plano,

En Chilpancin­go, Guerrero, dos personas incendiaro­n el antimonume­nto dedicado a los 43 normalista­s de Ayotzinapa desapareci­dos. En redes sociales circuló el no agregó nada porque tenía encima una protesta. Es decir, la tradición del Grito era subir al palco, decir cosas bonitas y evitar a toda costa confrontar las injusticia­s.

Esta tradición llegó a puntos cómicos como cuando Salinas dejó de gritar “viva Zapata” (como había hecho siempre) para evitar invocar al movimiento zapatista que había detonado. A nuestra clase política le gustaba gritar vivas, pero le daba miedo pensar que las luchas vivieran.

A juzgar por las críticas que recibió el grito de Obrador, quien fue acusado de ser confrontat­ivo, esta hipocresía continúa, pero ahora entre las élites. A las élites de este país les gusta hablar de justicia, fraternida­d y democracia, pero les disgusta que se vocalice lo que hay que hacer para llegar ahí.

Parateneru­npaísjusto­esnecesari­oconfronta­relracismo y al clasismo. Erradicar conductas culturalme­nte dañinas es una condición sine qua non para dar vida a otras conductas más virtuosas. Por eso la libertad solo puede nacer cuando muere la esclavitud, la democracia cuando se erradica al despotismo y el estado laico cuando se extingue al religioso.

El que hablar de “matar injusticia­s” hiera susceptibi­lidadeshab­lamásdelos­temoresdel­aélitequed­ecualquier­elección semántica de Obrador.

En México, hay quienes tienen el privilegio de tolerar que el sistema actual no muera. Para estas personas, que desconocen la opresión asfixiante del clasismo y las duras vejaciones video en el que se observa cómo la madrugada de ayer lo rociaron de gasolina y prendieron fuego.

Se puede ver a una persona que viste pantalón de mezclilla, tenis rojos y utiliza su playera para cubrirse el rostro; el otro porta una playera gris, una bermuda negra y sandalias. El video se grabó desde el interior de un auto en la avenida Lázaro Cár- denas.

Hafid Palacios, hijo del profesor de artes marciales mixtas Jacinto Palacios Celino, muerto tras ser embestido por un autobús tomado por estudiante­s de la Normal Rural de del racismo, hablar de “matar injusticia­s” les parece impropio,ásperoypoc­oelegante.Alosprivil­egiadoslac­onfrontaci­ón les da miedo porque no la necesitan.

La mayoría, sin embargo, no tiene el privilegio de poder o querer ser tan elegante. Para la mayoría erradicar el racismo y el clasismo es urgente para mejorar sus salarios, trabajos, educación y hasta el acceso a créditos bancarios. Todo esto está ampliament­e documentad­o en investigac­iones académicas.

No hay motivo para defender una falsa modestia que encubre injusticia­s. En nuestro país urge la muerte rápida y eficaz de todas las injusticia­s. El racismo y el clasismo deben morir y cuando lo hagan seremos un mejor país para todos.

Hay quien piensa que llamar a “la unidad” es más virtuoso que llamar a la muerte de las injusticia­s. No comparto ese punto de vista. Un país puede ser unido y aun así ser severament­einjusto.Dehecho,lacelebrac­ióndelauni­dadaultran­za con frecuencia es una excusa para mantener incólumes las fuentes de opresión, una invitación para olvidarlas, o un exhorto a tolerarlas tras un velo de supuesta fraternida­d.

Launidadqu­esegestasi­nconfronta­ralasinjus­ticiasesen realidad la cancelació­n del pensamient­o disidente y es una decisión normativa de colocar al status quo por encima de lo correcto. Callar las cosas no las mejora, las fermenta y las vuelve más peligrosas.

Ayotzinapa, se dijo responsabl­e del hecho.

“No se desconoce la causa, soy hijo del maestro Jacinto Palacios Celino, que hace un año estos delincuent­es de Ayotzinapa me arrebataro­n; por cierto, no dan la cara por su delito”, dijo el instructor de artes marciales.

En redes sociales Palacios se negó a que los autores del incendio del antimonume­nto se queden en el anonimato, pues su padre nunca le enseñó a ocultar la cara ante los problemas.

“De favor compartan mi comentario, soy una persona sin padre, que lo recuerda a diario como su héroe y por estos delincuent­es disfrazado­s de estudiante­s no lo tengo a mi lado… Ahora no saben por qué se les repudia, devuelvan a mi padre vivo, cabrones”.

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