Promesas de la 4T

Acasi un mes del gobierno de la 4T en Hidalgo, el primero que no es del PRI en toda la historia política de la entidad, las cosas han ido tomando forma, quizá no como muchos quisieran (con el cuchillo entre los dientes), pero sí con un mensaje esperanzador para quienes siguen creyendo en los cambios productos de la democracia.

Y es que bastaron unas semanas previas a la llegada del gobierno de Julio Menchaca para que se encontraran situaciones irregulares que presuntamente involucran a funcionarios de la administración pasada, así como supuestos desvíos de dinero en municipios, toda una red de corrupción.

No es de espantarse, pues las prácticas ilegales se han normalizado en la administración pública desde hace mucho tiempo, por lo que a nadie sorprende que se encuentren cosas como compras con influencia política, enriquecimiento inexplicable, pago de rentas a propiedades de políticos con el presupuesto del pueblo, gastos que no se transparentaron, cuestiones que incluso el propio ex gobernador Omar Fayad señaló en múltiples ocasiones, y que al final dejó claro que no metería las manos por nadie.

Por desgracia, la gestión de un mandatario siempre termina manchada por la gente que le acompaña o por la clase política que siempre intenta imponerse por encima de las decisiones de quien se encuentra en el Ejecutivo.

Ante ello, el gobernador Julio Menchaca se ha cobijado en las promesas de la 4T que llegaron con el presidente López Obrador a Palacio Nacional en 2018; el no mentir, no robar y no traicionar pero a nivel local, comienza a mostrarse con la revisión, así como los cambios en personajes políticos que llevaban décadas en los puestos de poder.

Otros que habían desaparecido han vuelto, lo que ha provocado cierto malestar, sobre todo en el morenismo que desea ver borrada toda huella del pasado.

El gobernador Julio Menchaca se ha cobijado en las promesas de la 4T