Oficio. En severo riesgo, el arte de miniatura en hueso
José Manuel y Roberto Ruiz heredaron el talento de su afamado padre, Roberto Ruiz, y desde hace varios años se dedican a tallar impresionantes esculturas en huesos.
“Mi padre trabajó la talla en miniatura en hueso durante 58 años y nosotros, los hijos menores, continuamos con su legado”, cuenta a MILENIO José Manuel, quien trabaja con su hermano Roberto en su taller de Nezahualcóyotl.
Sus esculturas son artesanales, y se toman su tiempo para crear nacimientos, calaveras, diablos, cristos y lo que les piden distintos coleccionistas privados, su mercado principal.
¿Es complicado conseguir los huesos?
No, vamos a un rastro que tenemos cerca. Pero ahora el problema es que como le están dando algo a los animales para engordarlos rápido, los huesos están muy grasosos y manchados de sangre, lo que quiere decir que están muriendo de una manera muy brusca. Además, los huesos ya no tienen tanto grosor, antes había fémures enormes que nos daba para sacar dimensiones, calados y plasmar tridimensional, como si fuera marfil.
¿El arte de tallar huesos está en peligro?
Sí, a lo mejor está a punto de desaparecer. El buen arte, la buena creación, el confeccionar un rebozo, una vasija, un buen canasto o una buena talla en hueso, porque cada pieza lleva tiempo y no son pulseritas. Desafortunadamente corremos un riesgo porque pocos se están involucrando con esto; sí hay trabajo de artesanía pero ya se está industrializando mucho, están sacando nuevos conceptos que ya pierden la raíz y la tradición. Ojala la gente nos siga viendo y apoyando. No sabemos cuánto tiempo va a durar este oficio”, dice José Manuel