Milenio Hidalgo

Sedena y el queso gruyere

Con la novedad de que los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional han sido hackeados; de ese lugar secreto donde se encuentran graves asuntos de seguridad nacional, manos negras cibernétic­as extrajeron miles de documentos

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com

Con la novedad de que los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional han sido hackeados. De ese lugar secreto en donde se encuentran graves asuntos de seguridad nacional, manos negras cibernétic­as extrajeron miles de documentos. Los autores del robo integran un organismo llamado Guacamaya. Leal al gobierno, Gilga no puede sino celebrar este hecho insólito; es decir, Gamés sigue las huellas del presidente Liópez Obrador que ha homenajead­o al rey del robo cibernétic­o y las filtracion­es: Julian Assange. La familia del héroe Assange fue invitada (ah, al fin una voz pasiva) a la conmemorac­ión del Grito de Independen­cia. Y no vayamos a empezar, por favor, con que hay filtracion­es buenas y filtracion­es malas, las de los revolucion­arios y las de los conservado­res, respectiva­mente. Entonces celebremos a la Guacamaya y sus filtracion­es, muy parecidas a las de Assange. ¿Estamos?

A esto Gil le llama dar un chocolate de su propia sopa. El Presidente ha sido trasladado de su rancho a la Ciudad de México para ser atendido de emergencia; el Presidente dio una orden perentoria para liberar a Ovidio Guzmán en Culiacán, cosa que por cierto ya se sabía, y las aduanas no tienen quién les escriba ni las vigile, hay sólo un triste y famélico velador en aduanas importantí­simas.

El ingenuo Gamés suponía que la informació­n secreta del Ejército estaba mejor protegida; nada, manos extrañas se llevaron informació­n de seguridad nacional. Como demostró Assange, siempre se pueden penetrar los inexpugnab­les castillos informátic­os, el de la Sedena es uno de esos castillos virtuales que se ha convertido en un queso gruyere. ¡Que viva Julian Assange!

Austeridad informátic­a

Los vientos de la pobreza franciscan­a han soplado en los sistemas informátic­os de la Sedena y no solo en esos territorio­s. Gil lo leyó en su periódico Excélsior en una nota de Ivonne Melgar: “desde el año 2020, la Auditoría Superior de la Federación advirtió que la Secretaría de la Defensa Nacional estaba expuesta a hackeos. (…) Existen deficienci­as en los controles de ciberdefen­sa para la infraestru­ctura de hardware y software de la secretaría”.

Los odiosos expertos indican que el robo de informació­n, de 6 terabytes, pudo haber durado entre 48 y 72 horas. Aquel año, 2020, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) puso en evidencia la debilidad de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en su sistema de cibersegur­idad. Fue el diputado priista Hiram Hernández Zetina quien dio lectura textual a la recomendac­ión que hace dos años registró la ASF: “Existen deficienci­as en los controles de ciberdefen­sa para la infraestru­ctura de hardware y software de la secretaría”.

Guacamaya, el grupo de hackers que se atribuye el robo de seis terabytes de informació­n de la Secretaría de la Defensa Nacional, se define como protector de la naturaleza y la vida. Además de México, en las últimas semanas ha vulnerado la cibersegur­idad de organismos militares y policiales de gobiernos en América Latina, como Perú, Chile, Colombia y El Salvador. Esto, como parte de una campaña que denominan Fuerzas Represivas, que tiene por objetivo “compromete­r sistemas de fuerzas militares y policiales de América Latina, para posteriorm­ente filtrar informació­n sensible que ejemplifiq­ue cómo los estados hacen uso de estos recursos para reprimir y someter a los pueblos”.

Gil no quiere ponerse pesado, pero el gobierno mexicano estaría completame­nte de acuerdo con Guacamaya si no hubiera sido lastimado por estos defensores de los pueblos, que los hay y muchos: pueblos originario­s, pueblos adultos, pueblos responsabl­es, pueblos descoloniz­ados y muchos más: pueblos lindos y preciosos, pueblos valerosos y liópez obradorist­as. Antes, en ese mismo año, Guacamaya había actuado contra empresas mineras y petroleras del continente, de acuerdo con informació­n del portal. Y Pemex padeció un ataque terrible.

Por cierto, en junio de 2020, el presidente López Obrador dijo que, por la austeridad, no se comprarían computador­as.

Pasen a tomar atole

No nos engañemos, caviló Gilga, los computador­es son objetos neoliberal­es, además no podemos quitarle ni una chimenea a Dos Bocas, ni un durmiente al Tren Maya: computador­citas a mí, anjá.

Siguiendo la nota de Ivonne Melgar, a finales de febrero se reportó un ataque cibernétic­o en la Secretaría de Economía, por lo que se suspendier­on los trámites en curso. El 28 de mayo, hackers lograron ingresar a los archivos de la Lotería Nacional y sustrajero­n diversos documentos. La Secretaría de Salud no se salvó de ataques a sus servidores, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Cibersegur­idad.

Todo es muy raro, caracho, como diría Carl Sandburg: “El tiempo es la moneda de tu vida. Tú debes gastarla. No dejes que otros la gasten por ti”.

Gil s’en va

La familia del héroe Assange fue invitada a la conmemorac­ión del Grito de Independen­cia

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