Ser 4T no es ser obradorista
Lo de hoy es la pelea política por saber quién es más representante de la cuarta transformación. Sin embargo, no se especifica qué simboliza ser realmente de la denominada cuarta transformación y qué es ser un obradorista.
Los tratados del obradorismo se detallan en las formas de conducirse en la vida diaria, en cómo se habla y de es congruente con sus acciones.
En poner por delante la empatía por el pueblo y dejar al final el interés personal e incluso, desprenderse del mismo.
El ser de la cuarta transformación simplemente es estar cerca del círculo político de los partidos que supuestamente comulgan con la ideología del presidente Andrés Manuel López Obrador y que buscan transformar la vida pública del país.
Es decir, el ser de la cuarta transformación, candidato, miembro de los partidos, asesor legislativo, seguidor recalcitrante, youtuber o influencer político, no es garantía de que se trate con alguien que es completamente obradorista.
Es más, hay perfiles dentro de los partidos de la 4T que no están de acuerdo con los dichos del presidente, ni con sus apariciones diarias en Palacio Nacional.
Lo peor, hay quienes son de la 4T, están en campaña, y hablan en contra del mandatario nacional.
Por ende, el mensaje parece ser
Se va la principal corriente de pensamiento
más claro ahora, en el ocaso del sexenio que dejará una huella imborrable en la escuela política mexicana, con la formación de una corriente filosófica que va más allá de cualquier intento de democracia incipiente como la del Instituto Nacional Electoral (INE) o la de las “organizaciones de la sociedad civil”.
Se debe estar, pues, muy atento a los movimientos de todos los personajes que aspiran a cargos de elección, quienes estarán en las boletas el próximo 2 de junio, y que dicen hoy ser de la cuarta transformación, más por conveniencia del momento, que por verdadera convicción de ser obradoristas.
Para los seguidores del presidente Andrés Manuel López Obrador: deben entender
_ que es probable que esto cambie de aquí en adelante y que la salida del titular del Ejecutivo deje un nuevo irremplazable; con él, se va la principal corriente de pensamiento del nuevo siglo.