100 días de zozobra… ¡Pero con esperanza por Jovita!
Hace un año, el prestigiado ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, en artículo de El Universal (18 de abril de 2016), hizo inmejorable descripción de la personalidad del hoy presidente de Estados Unidos:
“(…) Superficial, atrevido, tiende a llevar las cosas al límite, desestima sus errores y, por supuesto, nunca lamenta haberlos cometido. Se regocija al reconocerse como una celebridad pintoresca, pero se irrita fácilmente ante cualquier contradicción. Tiende a tomar decisiones precipitadas… Es un tipo seguro de sí mismo, decidido, que no se angustia fácilmente, ambicioso, directo, agresivo… Lo primero que hay que hacer frente a un tipo como Trump es no enojarse. Las reacciones viscerales de sus adversarios lo fortalecen...”.
Ahí se hallan claves valiosas para comprender sus actos: para él no es grave esconder sus declaraciones fiscales, ni lo oneroso que resulta para los contribuyentes pagar sus constantes viajes y de la familia a su residencia de Florida, ni el inútil flirteo que sostuvo con Rusia, ni prohibir comunicar los nombres de las personas que ingresan a la Casa Blanca en demérito de la transparencia…
Tampoco rectifica sus sandeces sobre el muro ni su errada postura del Tlcan. Por cierto, ante los amagos de una probable orden ejecutiva que cancelaría el tratado, el Presidente de México y el primer ministro de Canadá fueron audaces y oportunos para proponer una renegociación pertinente del instrumento comercial. Sí, más que enojarse, hay que resistir y actuar asertivamente.
Pero Trump también sufre de nostalgia, pues expresó que no imaginó fuera tan complicado gobernar y añora su vida anterior, hasta manejar su vehículo… ¡Uf!
En este contexto sucedió un hecho que anhelo sea punto de inflexión en su política migratoria: como tesorera designó a una mujer íntegra, nacida en Chicago y de ascendencia mexicana. Mi amiga Jovita Carranza es ejemplo de que la migración hispana aporta cosas buenas al desarrollo de Estados Unidos.
Sueño que el nombramiento represente que el presidente está escuchando otras voces que lo orientan a valorar a los migrantes, pues de seguir con deportaciones injustas colocaría a la nueva tesorera entre “la espada y la pared”… máxime que los niños hijos de indocumentados viven con pánico de que sus padres sean expatriados.
Y para Jovita mis mejores deseos en esa responsabilidad que su trayectoria profesional y humana le hace merecer. Su nombre y firma plasmados en los dólares americanos será otra victoria moral para los nuestros. Y desde esa relevante posición deberá ser congruente y defender sus orígenes…