Concluyen restauración de la Casa Rivas Mercado
Diversas instituciones la recuperaron luego de 20 años de abandono
La que fuera la casa del arquitecto Antonio Rivas Mercado, uno de los más destacados durante el porfiriato, abrirá de nuevo sus puertas tras un proceso de restauración de diez años. La importancia del recinto radica en que también aquí vivió Antonieta Rivas Mercado, intelectual adelantada a su época y, además, mecenas de varios artistas de su generación.
La Fundación Conmoraciones en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el gobierno de la Ciudad de México decidieron rescatar la Casa Rivas Mercado en 2007, luego de que pasara 20 años deshabitada, principalmente a raíz de los daños estructurales que sufrió por el terremoto de 1985.
Construida en 1898 en la calle Héroes 45 de la colonia Guerrero, y diseñada por el mismo Antonio Rivas Mercado, es una muestra de mil 590 metros cuadrados de la arquitectura ecléctica que buscaba hacerse un lugar entre el gusto de la época. “Es un monumento histórico muy importante de la Ciudad de México. El arquitecto Rivas Mercado sorprende por su icónica obra, empezando por el Ángel de la Independencia en Reforma”, dijo a MILENIO el restaurador de la casa, Luciano Cedillo. Riqueza arquitectónica La casona consta de un sótano, dos niveles con techos inclinados y una galería abierta al frente: un total de 20 habitaciones. Sin embargo, el terreno total es de 2 mil 570 metros cuadrados contando el jardín de estilo inglés que por el momento no se ha trabajado por razones de seguridad. De acuerdo con Cedillo, la casona presenta elementos de inspiración prehispánica en las pilastras de la terraza, decoración abigarrada en los mosaicos de tres tipos de materiales en el piso, balaustradas renacentista y columnas dóricas en la galería abierta al frente. El arquitecto a la cabeza del proyecto de restauración, Gabriel Mérigo, dio cuenta de que el trabajo demoró diez años debido a que tanto la estructura base, así como los edificios aledaños, tenía bastante desgaste oculto bajo capas de supuestas reparaciones hechas con el fin de vender la casa con mayor facilidad. Además, Mérigo mencionó que debido al abandono en que se dejó la casa los cuidadores en turno fueron robando y vendiendo diversas piezas.
Luciano Cedillo destacó el trabajo que resultó el reconstruir los pisos de la casa: alrededor de 50 mil mosaicos de nueve modelos distintos tenían que ser repuestos, por lo que fueron mandados hacer artesanalmente para respetar los materiales originales. A su parecer, esa tarea fue “como completar un enorme rompecabezas”. Un primer paso Ana Lilia Cepeda, presidenta del patronato de la fundación Conmemoraciones y coordinadora general de la obra, dijo que la restauración de la casa es apenas el primer paso para salvaguardar el legado de la familia Rivas Mercado. Seguirán la demolición de una antigua escuela dentro del terreno y frente a la casa que, explicaron Luciano Cedillo y Gabriel Mérigo, no puede ser rescata por el daño que presenta.
Por la tarde de ayer Ana Lilia Cepeda presidió la entrega de la casa acompañada del jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera; la titular de la Secretaría de Cultura, María Cristina García Cepeda y la escritora Kathryn Blair, nuera de Antonieta y autora del libro
A la sombra del Ángel, en el que se narra la saga familiar de los Rivas Mercado.
Durante su intervención, Miguel Ángel Mancera llamó a mantener esfuerzos por la recuperación de espacios como éste, puesto que la capital aún tiene muchos “posibles recintos culturales”.
Por su parte, María Cristina García Cepeda resaltó la importancia de Antonieta Rivas Mercado al haber sido una de la primeras intelectuales del México del siglo XX que escribió ensayos sobre la condición de la mujer en el país. Aseguró que la recuperación de la casa es un homenaje digno a la figura de Antonieta.
Finalmente, Ana Lilia Cepeda mencionó a MILENIO que la Casa Rivas Mercado tendrá un museo que pese a no contar con el mobiliario original, resguardará aquellas piezas conservadas por los actuales herederos.
Se espera que la comunidad vecinal del lugar se beneficie de la restauración de la casa y les ayude a subsanar los problemas de sanidad, indigencia e inseguridad que los aquejan.