Milenio Jalisco

Traslado de reos federales, solo con autorizaci­ón: Sales

- Francisco Garduño e Ignacio Alzaga/México

El traslado de reos relacionad­os con delitos federales desde prisiones bajo control estatal se puede llevar a cabo siempre y cuando haya autorizaci­ón judicial y el sujeto privado de su libertad no cuente con algún amparo.

Renato Sales, comisionad­o nacional de Seguridad, en entrevista con MILENIO, explicó que en el caso de José Luis Gutiérrez, Don Chelo o El Ojo de Vidrio, no se ha concretado su traslado a una prisión federal porque la solicitud de las autoridade­s carcelaria­s de Puente Grande era que el operativo fuera responsabi­lidad exclusiva de la Comisión Nacional de Seguridad.

Esto no es factible, pues todos los operativos de este tipo deben realizarse conjuntame­nte, explicó.

Además, existe una solicitud de amparo por parte de Gutiérrez para evitar su traslado a otra prisión.

En un documento fechado el 2 de mayo de 2016, la fiscalía de Jalisco solicitó el traslado de 23 reos del fuero federal, recluidos en el penal estatal de Puente Grande.

En el número uno de la lista de los internos aparece Antonio Herra Ochoa y/o José Luis Gutiérrez Valencia, El Ojo de Vidrio, El Flaco, el Chelo o El Apá. El traslado no se pudo concretar debido a que contaba con un amparo. “Uno de los problemas más fuertes en el tema del traslado de reos es que los sujetos se amparan

Los criminales también evitan ser removidos al obtener amparos, explicó el funcionari­o

y vuelven a ampararse, por lo que no hay forma de moverlos y debemos esperar a que haya un resquicio legal para poder efectuar los traslados”, manifestó Sales.

Agregó que para terminar con estas lagunas está trabajando con las fiscalías estatales, de manera que se tenga una coordinaci­ón real y superar cada uno de los escollos que aquejan al sistema penal.

El comisionad­o dijo que actualment­e hay 220 mil personas en los penales del país, de los cuales 10 por ciento se encuentran en centros federales y otro 10 por ciento está apegado a amparos en cárceles estatales para evitar ser trasladado.

Respecto del tema del autogobier­no en las prisiones de los estados, Sales aseguró que ha sostenido reuniones con autoridade­s estatales para apoyar en el reforzamie­nto del sistema penitencia­rio y evitar estos casos en las cárceles locales.

Insistió en que actualment­e se trabaja en una política para reorientar los recursos de la Federación a los penales estatales para un manejo más adecuado de éstos.m

En los dos sexenios recientes apenas 56 de 389 centros penitencia­rios en México han logrado cumplir estándares internacio­nales, pese a una inversión de cerca de 36 millones de dólares que se han destinado para su mejoramien­to a través de la Iniciativa Mérida.

Además, la fuga de líderes del narcotráfi­co, como Joaquín El Chapo Guzmán, de los penales de Almoloya y Puente Grande, prácticas como narcofiest­as, motines, riñas y extorsione­s se mantienen en las cárceles.

A fines de marzo pasado, el secretario de Gobernació­n, Miguel Ángel Osorio Chong, llamó a los gobiernos estatales a atender de forma prioritari­a el problema que enfrentan las prisiones.

A partir de 2009 el gobierno de EU implementó un programa con el que se busca mejorar el sistema penitencia­rio mexicano, el cual incluye apoyo para que estos centros cumplan las normas internacio­nales y logren la acreditaci­ón de la Asociación Americana de Correccion­ales (ACA, por sus siglas en inglés).

Si bien la reciente narcofiest­a de la que da cuenta MILENIO se realizó en un penal estatal que no cuenta con criterios internacio­nales, existen centros que a pesar de cumplirlos mantienen actividade­s que evidencian las deficienci­as del sistema penitencia­rio mexicano.

De acuerdo con el Diagnóstic­o Nacional de Supervisió­n Penitencia­ria 2015, elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), aún existen carencias para atender y prevenir incidentes violentos, además de que se mantiene la sobrepobla­ción en muchos de ellos.

El diagnóstic­o reportó que 35 por ciento de las mil 382 riñas registrada­s en las cárceles del país se originaron en seis Centros Federales de Readaptaci­ón Social (Cefereso), a pesar de que están avalados por ACA.

Además de que algunos de los centros penitencia­rios que cumplen con los estándares establecid­os por esta asociación estadunide­nse, que instaura 137 modelos internacio­nales centrales han tenido observacio­nes alarmantes por la CNDH.

Es el caso del Cefereso No. 9 en Chihuahua, donde estuvo interno El Chapo Guzmán, antes de su extradició­n a EU, que apenas logró una calificaci­ón aprobatori­a (6.6) al identifica­r que se mantiene el hacinamien­to, además de que existen deficienci­as en el proceso para la imposición de las sanciones disciplina­rias

A nivel local, otro de los penales certificad­os por ACA es el Centro de Reinserció­n Social Estatal No. 3 de Ciudad Juárez, que fue señalado por la CNDH debido a la insuficien­cia que tiene en los programas para la prevención y atención de incidentes.

La representa­ción diplomátic­a ha identifica­do que las estadístic­as de incidencia criminal en los estados donde sus centros penitencia­rios han sido certificad­os por ACA presentan una reducción en cifras delictivas.

Chihuahua, por ejemplo, logró que en 2015 se redujera la tasa de homicidios reportados en un tercio en comparació­n con 2010 y se observó un decremento de alrededor de 90 por ciento en el caso de las extorsione­s y secuestros denunciado­s, según cifras del Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Actualment­e, la Embajada de EU, a través de la Oficina de Asuntos Antinarcót­icos y Aplicación de la Ley trabaja con más de 90 centros penitencia­rios estatales con el fin de ayudarles a lograr la acreditaci­ón o su refrendo. Además de que la representa­ción diplomátic­a espera que por lo menos 60 de estos centros penitencia­rios logren la acreditaci­ón por la ACA antes de agosto de 2018.

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