Demonio nocturno
E n agosto de 1977, la policía de Nueva York detuvo a David Berkowitz, sospechoso de asesinar a seis personas con una pistola calibre .44. La mayoría de las víctimas fueron baleadas mientras platicaban en el interior de su auto.
Durante el interrogatorio, Berkowitz señaló que un demonio había poseído al perro de su vecino (Sam Carr) y que éste le ordenó cometer los asesinatos. El presunto asesino se hacía llamar en sus cartas a la policía El Hijo de Sam.
Meses después, Berkowitz explicó que él solo había accionado el gatillo en dos ocasiones. Las palabras de El
Hijo de Sam eran apoyadas por los testigos, quienes señalaron que los retratos robot del asesino no tenían parecido con el detenido.
Berkowitz dijo pertenecer a un culto originado en Inglaterra, la Iglesia del Proceso del Juicio Final, la cual habría ordenado la serie de homicidios. Debido a que las evidencias apuntan a que los asesinatos fueron perpetrados por más de una persona, el caso fue reabierto en 1996 y así continúa.
Después de 40 años, una serie de asesinatos ocurridos en el barrio de Maryvale, en Phoenix, Arizona, levanta recuerdos ominosos de los ataques de El Hijo de Sam. Las víctimas mortales, que ascienden a nueve, fueron agredidas a balazos entre las 21:00 horas y 03:00 horas, cuando caminaban o estaban sentadas en el patio de su casa.
En abril de 2015, Aaron Juan Saucedo, de 23 años, fue detenido por el asesinato de Raúl Romero, de 61 años, quien al parecer tenía una relación amorosa con la mamá del criminal. Las investigaciones en torno a los asesinatos en Maryvale continuaban. La policía contaba con casi 3 mil 500 evidencias. Finalmente, una pistola en una casa de empeño condujo al presunto asesino, quien resultó ser el señor Saucedo. Las autoridades fincaron responsabilidades en Saucedo por los tiroteos de Maryvale que dejaron siete personas muertas y dos heridas. Posteriormente, añadieron a los delitos del individuo la muerte de Jessie Olivas, la cual, junto con el homicidio de Raúl Romero, sumaron nueve víctimas. La policía trabaja para aclarar seis homicidios que ocurrieron en carreteras de Phoeniz entre 2005 y 2006, pues tienen fuertes sospechas de que se trata del mismo criminal. Por lo pronto, en días pasados Saucedo fue “reingresado” a la prisión de Maricopa, Houston, por 26 delitos mayores, incluyendo homicidio, asalto agravado y tiroteo desde un auto.
La edad de las víctimas va de los 12 a los 65 años; entre ellas destacan dos mujeres y una niña de 12 años, quienes fueron asesinadas en un garaje.
Hasta el momento se desconocen los motivos por los que Saucedo asesinaba, pues no hubo robo y los blancos fueron elegidos al azar.
Saucedo eligió como coto de caza Maryvale, un barrio cuya mayoría de habitantes son latinos y afroamericanos, lo que ha sorprendido a los amigos y vecinos del presunto asesino, a quien conocen desde niño, pues siempre vivió en el mismo domicilio: North 10th Street, dentro de un barrio latino.
Más sorprendente es el hecho de que Saucedo carecía de antecedentes penales y la única infracción registrada es la evasión de un semáforo en luz roja, el cual se pasó manejando un auto particular y no desempeñando su trabajo como conductor de transporte urbano.
Lo que llama la atención en este caso es que testigos y sobrevivientes hablan que muchos de los disparos provinieron de “autos” en marcha, no se refieren solo al BMW de Saucedo.
No, describen un Cadillac blanco y un Lincoln. Las autoridades, antes de aprehender a Saucedo, pensaban que el sospechoso era un mecánico. Pero Saucedo no era mecánico ni nunca fue propietario de un Cadillac o un Lincoln.