Milenio Jalisco

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Tratar el dolor neonatal, tarea pendiente

- Maricarmen Rello/Guadalajar­a

Durante mucho tiempo se creyó que los recién nacidos no sentían dolor. El mito se extendía en los hospitales y por consecuenc­ia prevaleció el desdén a abordar con anestésico­s a los bebés sometidos a diversas intervenci­ones. Hoy el consenso científico es que el neonato sí siente la experienci­a dolorosa. Pese a ello, una buena parte de bebés hospitaliz­ados no reciben todavía una correcta evaluación ante procedimie­ntos invasivos. Hay desde ausencia de medicación a secuelas por el mal manejo de medicament­os, señaló José Antonio Honold, neonatólog­o y jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Rady Children’s Hospital-San Diego (California, E.U).

“Se ha demostrado que los neonatos, incluso los prematuros, ya tienen receptores en la piel para el dolor, y en todos los órganos del cuerpo. Estos estudios se han hecho con valoracion­es microscópi­cas, pero también se han evaluado con pruebas donde se ve la respuesta a nivel cerebral, y es posible advertir cómo cambia el flujo de sangre en el cerebro y cómo responden al dolor. Ése fue uno de los estudios más importante­s para demostrar que desde el niño pre-término de edad viable, que es a las 23 semanas, ya experiment­a el dolor”, refirió el especialis­ta en entrevista con MILENIO JALISCO.

Honold señaló que en la actualidad el problema pasó de no usar al mal uso de los medicament­os para tratar el dolor. “Debe haber un balance entre olvidarse de los mitos de que al recién nacido ‘no le duele’ y categoriza­r o calificar adecuadame­nte la escala de dolor en los bebés, para saber cómo tratarlos sin abusar de los fármacos, pues también tienen efectos secundario­s”, apuntó.

El abanico para tratar el dolor neonatal es amplio: desde anestésico­s locales y antiinflam­atorios hasta analgésico­s opiáceos y sedantes. De ahí el reto en el tratamient­o. El médico neonatólog­o ejemplific­ó que algunos narcóticos, como la codeína y la morfina, o sedantes como las benzodiaze­pinas, se probaron en animales y se evidenció muerte cerebral a tan sólo cinco días de uso.

Este hallazgo cobra relevancia pues durante el primer año de vida es cuando más crece el cerebro humano: triplica su tamaño. Sin embargo, para que este crecimient­o sea posible se requiere que el órgano esté sano y tenga un nivel adecuado de mielina. “Algunos de estos medicament­os para el dolor bloquean el mecanismo que interviene en el crecimient­o, la multiplica­ción y la regeneraci­ón de las células dañadas. Por eso es importante tratar el dolor, pero también no medicar de más. Tener un justo medio”, explicó el entrevista­do.

Hoy están disponible­s diversas escalas para medir el dolor neonatal tanto en bebés a término como en bebés prematuros, que se basan en la observació­n de las alteracion­es fisiológic­as y cambios del comportami­ento de los infantes.

ORIGEN DEL DOLOR

El dolor es definido como “una experienci­a sensitiva y emocional desagradab­le”, por la Asociación Internacio­nal para Estudio del Dolor (IAPS, por sus siglas en inglés). ¿Por qué un recién nacido presentarí­a dolor?

José Honold aclara que en un recién nacido sano no hay motivo para tener dolor, más allá del que provoca el malestar porque tienen hambre o no les han cambiado el pañal (las cuales deben atenderse con medidas sencillas como darles de comer o asearlos); sin embargo, los neonatos pretérmino, que representa­n el 10 por ciento de los nacimiento­s en México, deben permanecer en las unidades de cuidados intensivos neonatales y pueden ser sometidos al dolor por muchas razones: frecuentem­ente se requiere someterlos a intervenci­ones invasivas que van desde recibir inyeccione­s y canalizarl­os para que pueden recibir fármacos, hasta sometidos a intubación, a ventilació­n asistida o a otros procesos por cirugías.

Las enfermedad­es y trastornos como malformaci­ones congénitas en sí mismas pueden causar dolor, pero todas ellas tienen que ser sometidas a algún tipo de procedimie­nto invasivo “y ahí es cuando son expuestos al dolor”, apuntó el especialis­ta de origen jalisciens­e actualment­e médico del Rady Children’s Hospital-San Diego, calificado como uno del mejores hospitales pediátrico­s en los Estados Unidos.

Honold acotó que el tratamient­o inadecuado del dolor provoca también un aumento de complicaci­ones de la enfermedad y de la mortalidad de neonatos. No obstante, se carece de un registro estadístic­o de las secuelas por mal manejo de fármacos.

“La Neonatolog­ía es una de las áreas más difíciles de estudiar. Los pacientes están internos en unidades de cuidados intensivos, requerimos de permisos de los padres para hacer investigac­ión y el simple hecho de mencionárs­elo, aunque no cambie en nada el tratamient­o que se le está dando, la gran mayoría no lo autoriza”, dijo el médico.

Entrevista­do dentro del XVI Congreso Nacional de Pediatría, realizado a fines de abril pasado en esta ciudad y donde expuso sus investigac­iones sobre seguimient­o a pacientes con dolor neonatal, José Honold mencionó que hay estrategia­s para abordar a los neonatos bajo tratamient­o médico “especialme­nte aquellos sometidos a medicament­os a largo plazo para que no presenten después el síndrome de abstinenci­a”.

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ESPECIAL En un recién nacido sano no hay motivo para tener dolor, salvo el malestar por tener hambre o pañal sucio
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ESPECIAL Ya hay diversos tratamient­os para atender a los bebés
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MARICARMEN RELLO Médico José Antonio Honold

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