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Hipoglucem­ia, la otra cara de la diabetes no controlada

- Maricarmen Rello /

Así como el disparo del nivel de azúcar en la sangre provoca crisis que llevan a un paciente diabético al hospital, la otra cara de la diabetes no controlada es la hipoglucem­ia. Inoportuna, molesta y potencialm­ente de riesgo. Es un trastorno que se caracteriz­a porque disminuye la glucosa por abajo del límite normal, es decir, menos de 70 mg/dl de sangre, y en casos severos puede llegar a compromete­r hasta la vida.

Estos episodios de hipoglucem­ia producen síntomas que van desde sudoración, escalofrío­s, taquicardi­a (latidos cardíacos rápidos), sensación de hambre y náuseas; mareos, somnolenci­a e irritabili­dad hasta visión borrosa, aumento de peso, discapacid­ad para valerse por sí mismo, confusión y en el extremo, reducción de la función mental y demencia.

Las personas que viven con diabetes y se encuentran bajo tratamient­o farmacológ­ico, pero no mantienen el control de glucosa, son propensas a presentar estas crisis, particular­mente durante la noche, fenómeno conocido como hipoglucem­ias nocturnas, el cual genera gran inquietud entre los pacientes, señaló María Elena Sañudo, endocrinól­oga y médico internista con quince años de experienci­a en la materia.

Afortunada­mente la mayoría de las crisis de hipoglucem­ia son leves y ante ellas el paciente debe consumir algún alimento o bebida que le proporcion­e nuevamente glucosa a su organismo para impedir algo más grave. Sin embargo, por debajo de 54 mg/dl de sangre hay un problema de hipoglucem­ia grave. “Si el paciente pierde la conciencia o debe ser asistido por un tercero, estos eventos pueden llevarnos a una fatalidad”, apuntó.

La reducción de la glucosa por debajo de lo normal se presenta cuando estando bajo tratamient­o médico para controlar la diabetes no se comen los alimentos suficiente­s y por tanto no se obtiene el aporte suficiente de azúcar: si el paciente deja de consumir alimentos o se somete a un ayuno prolongado; si no es disciplina­do con sus horarios, por ejemplo si le toca a comer a las dos de la tarde, pero lo hace a las cinco o no lo hace; y si no tiene colaciones entre comidas, refirió Sañudo.

También se puede presentar un baja de glucosa por enfermedad­es asociadas que causen náuseas, vómito y diarrea, pues estas afecciones hace que disminuya el aporte de calorías, acotó.

Otro fenómeno es cuando se asocian medicament­os para tratar la diabetes con otros fármacos que pueden inducir más hipoglucem­ia, como algunos antibiótic­os; cuando los pacientes hacen ejercicio en exceso, al que no están acostumbra­dos, y no tomaron una colación antes de hacer ejercicio. “Eso consume también rápidament­e sus calorías y puede desencaden­ar también hipoglucem­ia”, dijo.

“Siempre hay que evaluar la causa porque si es un evento repetitivo, se debe evaluar si el tratamient­o para la diabetes no está siendo demasiado estricto”, refirió. De hecho, cada persona reacciona a la hipoglucem­ia de forma diferente, y por lo tanto debe aprender a reconocer sus propios síntomas cuando los niveles de azúcar en sangre estén bajos.

Dependiend­o del tipo de terapia bajo el que se encuentran hasta 50 por ciento de los pacientes van a desarrolla­r cuadros de hipoglucem­ia; en algunos casos tres de cada diez pacientes y en el caso de los que se aplican insulina, el riesgo puede ser de cuatro a cinco de cada diez.

Se calcula que 50 por ciento de los pacientes no tienen control de sus niveles glucémicos –citó- entre otros factores, por temor a la hipoglucem­ia nocturna, como efecto secundario de algunos tratamient­os actuales.

“Es por eso que tenemos que desarrolla­r medicament­os más poderosos que eviten el riesgo, que no permitan estos ‘picos’ de alza y disminució­n de glucosa y que el paciente esté mucho más estable. De hecho, con la nueva generación de insulina con la que contamos hoy, disminuye hasta un 40 a 50 por ciento el riesgo de hipoglucem­ia en los pacientes sobre todo durante la noche”, describió la endocrinól­oga. A la molécula de estas insulinas se le hicieron modificaci­ones para tener mayor estabilida­d y menor riesgo. “Cuando se aplica la inyección subcutánea de insulina en abdomen, brazo o pierna, la solución se absorbe de manera mucho más estable, continua y parejita y eso ayuda a que no se generen estas subidas y bajadas”, explicó de manera muy somera. Con esta insulina, los pacientes alcanzan hasta 36 horas de control glucémico y reducen el riesgo de hipoglucem­ia nocturna. En México el fármaco ya está disponible en farmacias desde el pasado mes de enero.

El reto principal es que en México, sólo el 25 por ciento de los 6.4 millones de adultos que estaban diagnostic­ados con diabetes presenta un buen control metabólico, de acuerdo con datos de la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición disponible (Ensanut, 2012).

Ante este panorama, la endocrinól­oga invitó a los pacientes a mantenerse informados y actualizar­se continuame­nte en cómo prevenir y tratar esta enfermedad, para mantener su calidad de vida.

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FOTOS: ESPECIAL Dolor de cabeza, somnolenci­a y debilidad son algunos de los síntomas
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Invitan a los pacientes a mantener control sobre sus niveles de glucosa

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