Cambian las armas por biblias
Elementos de corporaciones policiacas, bomberos, militares y marinos forman parte de la Policía Celestial, que desde hace una década tiene el objetivo de predicar la palabra de Dios
Antes luchaban contra la delincuencia como parte de una corporación policiaca, ahora dejaron los uniformes y cambiaron los rifles por biblias para predicar la palabra de Dios.
La Policía Celestial es una agrupación religiosa que nació hace una década, bajo principios del cristianismo, integrada por policías, ex policías, paramédicos, bomberos, militares, marinos y policías federales.
El comisionado nacional del Ministerio de la Policía Celestial, Leonel Guillermo Prieto, fue en su juventud un conocido integrante de la Policía Federal. Sus amigos y familiares lo apodaban Comandante Chihuahua. En Estados Unidos cumplió una condena señalado por narcotráfico, y fueron esos días tras las rejas lo que, asegura, lo acercaron a Jesús.
“No somos una corporación armada como tal, con armas físicas, sino armas espirituales. La palabra de Dios es nuestra arma y la manera en la que llegó es, bueno, pues yo soy un ex policía federal, había sido un buen policía hasta el momento en que me corrompí, entonces precisamente por no tener una correcta relación con Dios, me llevó a caer en la cárcel y pagar por el delito que yo había cometido como policía corrupto.
“Alguien en la cárcel me habló de esa relación con Dios, a través de Jesucristo, sin tener que formar parte de una religión ni mucho menos, esta relación cambió mi vida”, señaló Leonel Guillermo.
Cuando salió de prisión “me encontré mi uniforme que yo tenía de la Policía Federal, un uniforme que era operativo y le cambié el nombre atrás, empecé a orar y a pedirle a Dios, yo le dije que tenía que ayudar a los policías para que no pasen por lo mismo que yo pasé, sentí que Dios me habló al corazón y me dijo ‘yo te voy a hacer un policía celestial’, ya no vas a usar armas, ya no vas a usar pistolas, sino que tus armas ahora van a ser la palabra de Dios”, compartió.
Así, Leonel Guillermo, con una biblia en la mano, se dio a la tarea de evangelizar a sus ex compañeros de la Policía Federal, después se extendió a otras corporaciones de seguridad; de esta forma ha logrado sumar a más de cinco mil elementos que integran la Policía Celestial.
Como en toda corporación, existen grados y claves operativas para una mejor comunicación entre los integran- tes de la Policía Celestial. “Tenemos una estructura diseñada muy similar a la de una estructura policiaca, sin embargo, no pretendemos simular que somos una policía armada, nuestra estrella tiene significados diferentes”, aclaró el comisionado nacional del Ministerio de la Policía Celestial.
Explicó que las puntas de la estrella en el logotipo representan las siete coronas que habla la palabra de Dios, “que el creyente recibe”; la CCS son las siglas de la Comisión Celestial de Seguridad, “la Biblia dice que aquellos que hemos aceptado a Jesús como nuestro Dios y Salvador tenemos una gran comisión de ir y hacer disimulo”, señaló Leonel Guillermo, quien detalló que el logotipo incluye un pez que hace referencia a Jesucristo.
Agregó que los grados “son con el mismo logo de la Policía Celestial y nos los vamos ganando de acuerdo a la línea de servicio que diseñemos a Dios y a la sociedad, quien tiene el mayor grado tiene la responsabilidad de servir a todos”. En busca de respuestas Juan Manuel Mendoza Gutiérrez es un elemento de la corporación de seguridad tapatía que llegó a la Policía Celestial motivado por encontrar respuestas a sus problemas familiares.
“Yo pasaba por graves problemas familiares, desde que llegué aquí la vida me cambió. Espero de verdad poder reencontrarme con mi esposa y mis hijos, solucionar los problemas que tengo con ellos”, expresó el oficial.
Juan Manuel afirma que el Ministerio de la Policía Celestial le ha permitido obtener nuevas herramientas para realizar un mejor desempeño como gendarme.
“Una vez, estando en servicio, nos reportaron que mataban a una mujer, cuando llegué al lugar, el cual no voy a decir por respeto a la familia, nos encontramos con un infante que estaba muy agresivo con sus padres; yo le pedí a mi comandante hablar con él, pero en lugar de hablar me puse a orar y el niño se tranquilizó al grado de pedirle disculpas a sus padres”, relató el uniformado.