Una alegre travesía con El Hombre de la Mancha
Benny Ibarra debutó en su etapa dentro de la comedia musical para los tapatíos
Con dos funciones en el Teatro Galerías, la noche del miércoles llegó a Guadalajara el montaje musical El Hombre de la Mancha, con las actuaciones de Benny Ibarra como don Quijote, Ana Brenda como Aldonza y Carlos Corona como Sancho Panza. Y aunque Benny ha sido constante en sus visitas como cantante a la perla tapatía, esta es la primera vez que el público lo vio en su faceta de actor y comediante.
Un escenario sencillo pero con los elementos suficientes para transportar a otra época, estaba compuesto por retablos de madera y un paisaje al fondo. Un par de minutos antes de la tercera llamada éste comenzó a cobrar vida, y aparecieron en él los músicos, bajo la dirección de la maestra Anali Sanchez Ner, quienes iban ataviados tal cual personajes de la historia.
Un juicio a Miguel de Cervantes abre la historia, injusto y despojándolo de sus pertenencias decide defenderse ante una corte improvisada con lo que mejor sabe hacer, contar una historia. Destacó en el montaje la paleta de colores uniforme que en conjunto, daba una mirada sepia que encajaba con el relato. Es entonces en la defensa de su juicio en que Miguel se transformó a los ojos de todos en Don Quijote y su compañero en Sancho Panza, cabalgando en caballo y burro respectivamente.
Así comenzaron su travesía enfrentándose a los molinos de viento o visitando castillos que en realidad eran antros de vicio, con los diversos elementos de la escenografía transformándose de manera casi conceptual y eficaz.
Aldonza se convirtió en una favorita desde su primera aparición, de personalidad fuerte que despertaba aplausos y alegría contagiable al poner a los hombres en su lugar. Pero quien se llevó las risas fue Sancho Panza con ocurrencias y frases que hicieron la noche para muchos.
La velada se desarrolló en juegos constantes entre Miguel de Cervantes narrando a Don Quijote con ocasiones en que la línea entre un relato y otro se desvanecía y en otras eran marcadas las órdenes del escritor hacia quienes le rodeaban para dar vida a otro de los relatos.
Al final el público que formó parte de la primera función, casi llena, ovacionó de pie a elenco y técnicos saliendo gustosa y con una sonrisa.