Proyecto oficial que se aplica está “reprobado” por el IITA
Especialista critica que no exista la previsión de resolver el foco de infección que ha sido históricamente el vaso regulador
El proyecto oficial que realizan el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) y el Ayuntamiento de Guadalajara en El Deán, no resistió el análisis del experto contratado por los vecinos que se oponen al mismo. Arturo Gleason Espíndola, doctor en hidráulica por la Universidad de Guadalajara y director del Instituto de Investigaciones Tecnológicas del Agua (IITA), tras denunciar la cerrazón del municipio a discutir a fondo el problema, dijo que el proyecto presentado no aprueba.
“Estoy entregando la revisión del documento Proyecto ejecutivo del vaso regulador El Dean 02”, dijo en conferencia de prensa.
Las tres principales conclusiones: uno, “el proyecto no cumple con los requisitos de un proyecto de obra de regulación de avenidas que exige la Comisión Nacional del Agua [Conagua], es decir, está incompleto”; dos, “las metodologías en las que sustenta la justificación de la ampliación del primer vaso y la construcción de un nuevo, son limitadas ya que no usan sistemas de modelación que se apeguen más a la realidad”; y tres, y la más importante, “la calidad del agua está comprometida ya que a los vasos llegaría agua de lluvia mezclada con aguas negras, y por lo tanto, los daños a la salud son altamente probables”.
Esto deriva de un proceso complejo: “haber revisado de manera general la documentación del proyecto ejecutivo del vaso regulador El Deán-02, recopilado las observaciones obtenidas de las juntas con los consultores del gobierno, documentado la normatividad requerida para la construcción de una obra de retención, haber simulado el comportamiento de los escurrimientos pluviales urbanos con dos formatos de modelación (1D y 2D), y evaluado la importancia de la calidad de los escurrimientos pluviales y su impacto a la salud”.
En el informe de 135 páginas, detalla: “después de cinco reuniones entre los consultores de gobierno y los que suscriben este informe se clarificó que la diferencia de opinión radica en que los primeros sostienen una propuesta de solución del problema a corto plazo basados en obras de retención y desalojo de escurrimientos pluviales lo más rápido posible, mientras que los segundos sustentan su postura en la restauración del ciclo hidrológico mediante la implementación de tecnologías sensibles al agua que aseguren la sustentabilidad hídrica de la subcuenca a corto, mediano y a largo plazo. Es cierto que los primeros no están en desacuerdo totalmente con las propuestas de restauración que plantean los segundos, pero no es su prioridad”.
Además, “la documentación técnica requerida por la Conagua para la construcción de una obra de retención está incompleta, por lo cual no se garantiza la adecuada regulación y mitigación de las avenidas que provocan inundaciones, poniendo en riesgo la integridad física de las personas y su patrimonio”.
También, “las metodologías empleadas por parte del gobierno para la estimación de los comportamientos pluviales se basan en la aplicación de fórmulas empíricas que aprueba la Conagua. Sin embargo, se demostró que estas metodologías se encuentran limitadas ya que no toman en cuenta diversos factores (la distribución espacial, la interacción entre la hidrología e hidráulica a través del tiempo y el límite de la capacidad hidráulica de la infraestructura hidro-sanitaria) que intervienen en el comportamiento de los escurrimientos. Cabe señalar que la única modelación que se realizó fue de manera hidráulica de los dos vasos reguladores, inyectando agua utilizando la metodología basada en cálculos empíricos”.
En este sentido, el IITAAC “en principio modeló los escurrimientos (…) utilizando la información disponible donde se presentaron desbordamientos de los dos vasos. Sin embargo, se empleó el XP-SWMM para modelar el comportamiento de los escurrimientos pluviales de manera más apegada a la realidad. A pesar de la escasa información, el IITAAC sigue mejorando el modelo con la finalidad de verificar si ambos vasos reguladores son suficientes para mitigar la inundación y elaborar una propuesta basada en la implementación de acciones para restaurar el ciclo hidrológico y por consecuencia resolver de fondo el problema de las inundaciones. De tal manera, se hace un exhorto a que antes de ejecutar las obras proyectadas se realice un levantamiento exhaustivo de la infraestructura hidráulica, de las condiciones topográficas, de las características geohidrológicas, un monitoreo de la cantidad y, calidad de los escurrimientos pluviales y de la lluvia para diseñar estrategias y obras con el mayor sustento técnico y científico”.
El comentario respecto a la nula atención al problema de aguas negras: “no contempla las estrategias y protocolos para garantizar la adecuada calidad de los escurrimientos superficiales que ingresarán a los vasos reguladores. Ante la ausencia de las estrategias y protocolos se compromete la salud de los vecinos de la zona por la presencia de contaminantes contenidos en los escurrimientos pluviales-cloacales. Se adjudica este término a los escurrimientos en la subcuenca, debido a que son mezcladas las aguas pluviales con las aguas residuales, ya que son expulsadas por la infraestructura sanitaria cuando ésta es rebasada en su capacidad”.
El exhorto: “que se lleven a cabo los estudios a profundidad, la implementación de sistemas de monitoreo del ciclo del agua para que se justifiquen las obras más idóneas que garanticen la integridad física y emocional de los vecinos de la zona y la preservación del medio ambiente”, cita el experto.