Trasplante salva a bebé con cáncer hepático
LA CIRUGÍA DURÓ 15 HORAS Sofía tenía cuatro meses cuando la diagnosticaron; especialistas de Médica Sur pudieron hacer una complicada intervención con partes de hígado donadas
CuandoSofíaOsunaPatrón emprendió una batalla contra el cáncer solo tenía cuatro meses. Sus padres, Andrea y Daniel, recuerdan que el hepatoblastoma se manifestó con un crecimiento irregular del abdomen.
Los estudios revelaron que se trataba de un tumor grande y de alto riesgo, por lo que suministraron a la recién nacida ciclos de quimioterapia con la intención de disminuir el tamaño del carcinoma e intentar extirparlo después.
El proceso se llevó a cabo en un hospital de Guadalajara. Pero Sofía sufrió diversas complicaciones causadas por la toxicidad de la quimioterapia. Cayó en terapia intensiva y las células cancerígenas jamás cedieron, por el contrario, invadieron las venas y vasos hepáticos. El oncólogo Sergio Gallegos dijo que les recomendó a los papás de Sofía trasladarse a la Ciudad de México para contactar al cirujano pediatra y trasplantólogo Gustavo Varela Fascinetto, porque a esas alturas la única opción real para salvar a su hija era el trasplante de hígado.
La familia de la niña, que nació el 24 de mayo de 2016, vino a la Ciudad de México, donde Varela Fascinetto les hizo ver que el trasplante era urgente y que ninguno de los papás era compatible para donar: él por el peso y ella por el tipo de sangre. “El doctor me comentó que iba a poner a Sofía en la lista de espera de trasplantes, pero me habló con la verdad sobre la falta de cultura de donación y me dijo que, si me esperaba, mi hija no iba a sobrevivir”, recordó Daniel.
En la búsqueda de alguien compatible, Christelle Pagés Patrón, prima de Andrea, se ofreció para dar segmentos de su hígado. Fue informada sobre los riesgos que corría de morir durante la intervención y, aún así, decidió donar debido a que estaba muy sensibilizada con el dolor que causa esa enfermedad.
Christelle detalló que su madre tuvo cáncer de ovario y se salvó gracias a la red de apoyo de donación sanguínea. “Cuando vi que no encontraban donadores, me dije: ‘¿Por qué yo no? Soy O positivo, estoy sana, nunca he estado hospitalizada ni soy alérgica y tampoco tengo hijos’”.
El cirujano detalló que el riesgo de muerte por quitar un pedazo de hígado es hasta mil veces mayor que el de retirar un riñón. Por eso, abundó, es una operación que se hace en muy pocos lugares del mundo con donante vivo, por la alta tasa de mortalidad en plena intervención. “El hígado es insustituible y cuando falla la persona se muere en cuestión de horas”, aclaró el especialista que atendió a la familia en Médica Sur. El trasplante, que duró 15 horas, fue un reto mayúsculo, porque a la bebé se le retiró por completo el hígado y en su lugar colocaron dos segmentos tomados del área lateral izquierda del hígado de su tía. “A Christelle le quitamos 240 gramos. Cada una de las estructuras se conectaron, unieron y reconstruyeron con los pequeños vasitos que quedaron al retirar todo el hígado de Sofía, y lo hicimos con microscopio y suturas muy finas”, detalló el especialista.
La técnica empleada por el cirujano permitió que tanto donante como receptor lograran una adecuada circulación de sangre por las arterias y que el hígado de ambas funcionara de inmediato y con todas sus capacidades.
El hepatoplastoma forma parte de los tumores malignos más frecuentes en edad pediátrica; sin embargo, casos como el de Sofía se presentan en uno de cada millón de pacientes, además de que se desconocen sus causas.
“Lo ideal es que el trasplante de órganos ya no sea excepción en México, sino una regla, como en España”, comentó Misael Uribe Esquivel, presidente del Grupo Médica Sur.
Sofía, de 1 año y 1 mes, fue dada de alta ayer. Regresará para recibir dosis preventivas de quimioterapia y por algunos años tomará inmunosupresores, pero las posibilidades de éxito del trasplante son altas, lo que le permitirá crecer como cualquier otra niña.