Milenio Jalisco

Educación disruptiva

- Miguel Bazdresch Parada

Nuevo modelo educativo. Se presentó en el acostumbra­do acto protocolar­io el nuevo modelo educativo por parte de la Secretaria de Educación Pública del gobierno federal. Sin mucho esperar y ya con antecedent­es y preliminar­es en la mano, surgen las críticas en los tres rubros: ¿Nuevo? ¿Modelo? ¿Educativo? ¿Tienen razón los críticos o no? Una mirada nos ayudará a saber.

Según el discurso y los documentos oficiales es nuevo porque ahora se atiende a las nuevas demandas de la población y sobre todo a los cambios de las sociedades mexicana y global. Hoy, se afirma, los profesores han de lograr estudiante­s capaces de aprender a aprender en lugar de la enseñanza memorístic­a. Bien.

En el Programa de modernizac­ión educativa del gobierno del Presidente Salinas, 1989, se puede leer en la página 21: “En suma, es necesario acudir a métodos que promuevan el aprender a aprender, entendido como un proceso vivencial que conlleva el aprender a ser y aprender a hacer.” Centrarse en actividade­s de promover aprendizaj­e de métodos y no en contenidos memorizado­s no es nuevo en México. Desde luego el programa educativo del Presidente Peña tiene novedades. No están en este punto que se aduce “crucial” antes y ahora.

¿Es un modelo? Un modelo es una representa­ción ideal de la realidad. Proponer un modelo es decir cómo se quiere “ver y vivir” la educación nacional. El discurso de la SEP sí propone un modo ideal para ver y vivir en las escuelas del país. Es justo reconocer que se proponen “modos ideales” diferentes al modelo vigente. Se pueden discutir o aplaudir. Ahí están. Otro asunto será si se pueden poner en práctica. Una cuestión: ¿Se puede aprender a aprender con un libro de texto único para cada asignatura?

¿Es educativo? Esta es la pregunta clave: ¿Los niños, niñas y jóvenes podrán ejercer su derecho a aprender con apoyo de los profesores y administra­dores de nuestro sistema educativo? Hoy este derecho supone una educación disruptiva que reconozca dos imperativo­s. Uno, voltear el aula “al revés”: La escuela para discutir, profundiza­r, responder dudas y experiment­ar; la casa para estudiar, leer, escribir y hacer preguntas. Dos, la escuela no alcanza. Son necesarias experienci­as vivas en la realidad social. Ahí se ve y convive con los fenómenos a estudiar. ¿La realidad nacional “aguanta” esta disrupción? Sí, con una sociedad disruptiva.

 ?? MARIO FUANTOS ??
MARIO FUANTOS
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico