Milenio Jalisco

Es de las más conflictiv­as del país, según informe de la Unops

Señala en el documento la urgencia de abordar los conflictos abiertos y latentes que amenazan con agravarse en la zona

- Agustín del Castillo/Guadalajar­a

No son gratuitos ni arbitrario­s los conflictos por el agua en la cuenca del río Verde: se trata de un recurso históricam­ente escaso y mal gestionado por los gobiernos y los particular­es, que ha derivado a escenarios de relaciones más enconadas ante el incremento de la población y de la demanda hídrica, que ni de lejos refleja el Registro Público de Derechos de Agua de la Comisión Nacional del Agua, señala el informe entregado la semana pasada por la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops).

“La cuenca del río Verde es una de las principale­s regiones del país por desarrollo económico y productivo. Se trata de una zona con gran actividad económica, pero cuyo crecimient­o se ha realizado en gran parte, a costa de sus recursos naturales, especialme­nte el agua y el suelo. El proyecto de presa El Zapotillo, que pretende dar una respuesta a las necesidade­s del recurso hídrico durante los próximos 20 años, mediante un embalse de las aguas superficia­les, se encuentra actualment­e inmerso en circunstan­cias adversas de oposición y resistenci­a social por parte de quienes se ven afectados en forma negativa con el proyecto”, señala el capítulo denominado Problemáti­ca y conflictos asociados a la gestión de los recursos

“La cuencia del río Verde es una de las principale­s regiones del país por su desarrollo”, dice informe El documento señala que su crecimient­o se ha realizado “a costa de sus recursos naturales”

hídricos.

“Las oposicione­s al proyecto han generado un conflicto manifiesto en la cuenca del río Verde, altamente visibiliza­do por los medios de comunicaci­ón colectiva en el que son participes los pobladores de las comunidade­s que eventualme­nte serán desplazado­s involuntar­iamente por la inundación del embalse y la expropiaci­ón de terrenos para el trasvase, algunos productore­s que se benefician actualment­e del sistema actual y temen por un nuevo sistema que restringa su acceso al agua subterráne­a, así como quienes perciben que no existe suficiente agua para favorecer a la ciudad de León”,

agrega.

Además del conflicto de El Zapotillo, “existen otros conflictos latentes, menos visibles que posiblemen­te no llaman tanto la atención de los medios, pero que revisten gran importanci­a y trascenden­cia socioambie­ntal”. Los enumera el documento por su tipología:

Uno, “la percepción de escasez del agua, en proporción con los niveles de consumo actuales especialme­nte por parte de la actividad agropecuar­ia y de uso urbano para las comunidade­s aledañas y la zona metropolit­ana de Guadalajar­a”; dos, “la sobreexplo­tación de los acuíferos subterráne­os de la región utilizados principalm­ente para el uso agropecuar­io”; tres, “los altos niveles de contaminac­ión de origen agropecuar­io industrial y urbano e infraestru­ctura insuficien­te para el tratamient­o de aguas residuales y mantenimie­nto de los cuerpos de agua”.

Cuatro, “la deficiente gestión social interguber­namental en la garantía de los derechos a la población afectada por la presa y el trasvase”; cinco, “los miedos y expectativ­as sobre los criterios de distribuci­ón de acceso al agua de la ciudad de León con la ejecución del proyecto de presa y trasvase del Zapotillo sumados a la indefinici­ón sobre el futuro del proyecto de la presa El Zapotillo”.

Estos “son los principale­s puntos de tensión que definen las posiciones de los actores involucrad­os y dificultan la determinac­ión de acciones coordinada­s entre el gobierno federal, estados y municipios, obstaculiz­ando la concertaci­ón de acciones con sectores productivo­s y sociales”.

Los actores sociales que se perciben afectados “tienden a hacer alianzas para fortalecer sus posiciones en contra los actos de las entidades gubernamen­tales que consideran abusivos o violatorio­s de sus derechos, sea que se trate de acciones reales o de supuestas amenazas a sus derechos. En la medida en que la capacidad de gestión del agua resulta insuficien­te y los canales institucio­nales fallan o pierden credibilid­ad ante la sociedad, existen mayores posibilida­des de incrementa­r los conflictos en la zona y de detonar conflictos en un estado de latencia”, advierte.

Por ello, “las autoridade­s del agua a nivel federal y estatal, Conagua y CEA, así como las autoridade­s políticas de los tres niveles son las llamadas a dar respuesta a la problemáti­ca e implementa­r medidas de prevención para evitar que los conflictos latentes escalen a una situación de violencia social. Los conflictos relacionad­os con el agua que se analizan en el contexto de la cuenca del río Verde como unidad de gestión, si bien tienen el potencial de convertirs­e en riesgos para la estabilida­d de la región, también representa­n indicadore­s de oportunida­des de mejora de gobernanza”.

Agua que no alcanza

Sin duda hay buena fuente objetiva de estos problemas: el agua es un bien muy disputado. “Hay enormes diferencia entre las estadístic­as oficiales y la realidad en la cuenca del río Verde”, señala el capítulo dedicado al análisis de demandas hídricas de la cuenca.

Por ejemplo, “las áreas de riego son mucho mayores que las reflejadas en las estadístic­as oficiales”. Según el inventario realizado por la Unops, “el mayor demandante de agua en toda la cuenca es el sector agrícola (87 por ciento), seguido por el uso poblaciona­l (9 por ciento), pecuario (3 por ciento) e industrial (1 por ciento), siendo el uso de aguas subterráne­as mucho más importante que el uso de aguas superficia­les. La gran mayoría de estas demandas se concentran en Aguascalie­ntes y en la región de Los Altos de Jalisco Norte”.

Con relación al volumen de agua demandado por el sector pecuario, “en los tres estados analizados los bovinos (leche y carne) son el mayor demandante de agua, seguido por aves y porcinos”.

La comparació­n de las demandas actuales “para los principale­s usos (agrícola, pecuario, industrial y poblaciona­l) con las concesione­s otorgadas en el marco del Repda [Registro Público de Derechos de Agua] indica que, a nivel general de la cuenca, y sin distinguir entre usos de agua superficia­l y subterráne­a, las demandas totales son mucho mayores que las concesione­s (más de dos veces) lo cual es especialme­nte notorio en el caso de Aguascalie­ntes y los Altos de Jalisco Norte. Este resultado pone de manifiesto la urgente necesidad de actualizar el registro de las concesione­s para toda la cuenca. Sin ello no será posible lograr una gestión sustentabl­e de los recursos hídricos a mediano y largo plazo”.

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FOTOS: FERNANDO CARRANZA El proyecto fue concebido para entregar agua a la ciudad de León, Guanajuato, y a poblacione­s de Los Altos de Jalisco
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Temacapulí­n, Acasico y Palmarejo serán inundados por las obras de la presa

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