El optimista Andy Hall, sin fe en alza de petroprecios
El director de fondos criticó a la OPEP
Las acciones de los países productores de crudo, como reducciones en la producción, jugaron a favor de su competencia: el petróleo de esquisto
Andy Hall, el gestor de fondos de cobertura de energía que alguna vez recibió el apodo de “God” (Dios), por predecir de manera rentable los movimientos de los precios, perdió la fe de mucho tiempo de una importante recuperación en el mercado petrolero.
El director del fondo Astenbeck Capital, de 2 mil millones de dólares, dijo a los inversionistas que la OPEP no logró hacer lo suficiente para terminar con el colapso de tres años del mercado petrolero y que los esfuerzos de los productores del grupo se hundieron por la rápida recuperación de la industria del esquisto en Estados Unidos. “Parece cada vez más probable que los precios del petróleo se moverán poco por algún tiempo”, dijo Hall en una carta que pudo ver el Financial Times, en la que predijo que los altos niveles de inventarios de petróleo persistirán y que posiblemente aumenten el próximo año. “En resumen, la OPEP, el mercado y los optimistas del petróleo se quedan fueran del juego”, dijo en la carta, que envió a los inversionistas este mes.
El movimiento es un cambio significativo para el habitual optimista de petróleo, que logró grandes ganancias en la era en que el precio de petróleo era 100 dólares por barril, con su argumento de que la subinversión en la industria petrolera en la primera parte de este siglo llevaría a escasez de suministros sin precios más altos.
Ese llamado le ayudó a recibir un pago de 100 millones de dólares de Citi durante el punto máximo de la crisis financiera después de que los precios subieron a niveles récord por encima de 140 dólares.
A pesar del desplome del crudo, que pasó de estar por encima de 110 dólares en 2014 a menos de 30 dólares el año pasado, Hall pocas veces se apartó de su visión a largo plazo, argumentando que los precios deben recuperarse para estimular la oferta suficiente para poder satisfacer la creciente demanda en los mercados emergentes y para compensar la caída de la producción por los campos que envejecen.
Pero el esquisto estadunidense, que volvió a rugir en 2017, cambió su posición ya que los precios se recuperaron y llegaron a un promedio de casi 50 dólares, y los productores se volvieron más eficientes y redujeron los costos. Astenbeck no estuvo inmediatamente disponible para comentarios sobre la carta de Hall.