Milenio Jalisco

La violencia: lo que sabemos

- HÉCTOR AGUILAR CAMÍN hector.aguilarcam­in@milenio.com

Sabemos cosas importante­s sobre la década de violencia que ha dejado en México más de 200 mil muertos. Sabemos, para empezar, las cifras y su distribuci­ón espacial y temporal.

Sabemos que dio un salto cuando el gobierno mexicano decidió dejar de administra­r y tolerar los mercados del narcotráfi­co y empezó a combatirlo­s frontalmen­te.

Sabemos que su estrategia fue descabezar, desmembrar, debilitar los grandes cárteles de la droga, que se pensaron un tiempo amenazas a la seguridad nacional.

Durante estos años se ha ido, con notoria eficacia, en busca de la muerte o la captura de los jefes de los cárteles. Apenas hay un capo de alguna importanci­a nacional o regional que no esté preso o muerto.

Sabemos también que el exitoso des- cabezamien­to de los cárteles aceleró la violencia entre ellos. Primero, porque la nueva cabeza del cártel o la banda surgía de un pleito a tiros entre los aspirantes. Segundo, porque la debilidad que provocaba el descabezam­iento de las bandas incitaba a sus rivales a atacarla o a expandirse sobre sus territorio­s, ambas cosas a tiros, en medio de brutalidad­es sin fin.

Sabemos que esto era también parte de la estrategia: convertir a los cárteles grandes en bandas chicas que serían controlada­s después por las policías locales que se formarían al efecto.

Sabemos que los cárteles se fragmentar­on en bandas y que éstas se multiplica­ron y esparciero­n por toda la República: Eduardo Guerrero ha contado más de 200 bandas en 23 estados.

Sabemos que las bandas son máquinas más pequeñas pero más violentas que los cárteles de donde provienen, y que las policías que iban a contenerla­s no están ahí: no han sido creadas.

La respuesta entonces son el Ejército y la Marina, igual para bandas chicas que para cárteles grandes, de los que quedan al menos dos en mortífero combate: el Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa.

Sabemos, por último, que los operativos militares no reducen la violencia sino la multiplica­n. Los homicidios crecen 8.9% en los municipios donde se hace un operativo militar, según ha mostrado Laura Atuesta: “Las cuentas de la militariza­ción” http:// bit.ly/2sMNoi4.

Sabemos, en suma, que la causa de la guerra es la guerra, y que a más, más.

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