El frente y La Jornada
Dicen que una alianza entre el PAN y el PRD es antinatura. Desde un punto de vista ideológico y hasta filosófico, puede ser que sí. Sin embargo, desde una perspectiva pragmática y programática me parece no solo viable sino necesaria.
La política mexicana está tan oxidada y corrompida que muy bien le vendría un golpe de imaginación. Un golpe de imaginación como lo sería la consolidación de ese Frente Amplio Democrático en el que ya trabajan panistas, perredistas y gente de otras organizaciones, así como personalidades independientes.
¿Que el Frente estaría dirigido contra el PRI y contra AMLO? Me parece perfecto. Después de todo, la política es también combate civilizado hacia los adversarios. Difícil es que México aguante otro sexenio de corruptelas, inseguridad y violencia, pero tampoco soportaría un gobierno autoritario, personalista y delirante. Los mexicanos que buscamos un camino alterno y democrático necesitamos una opción para 2018.
Sé que será difícil llegar a un acuerdo, sobre todo porque hay políticos que quieren ser candidatos a la Presidencia (Anaya, Mancera, Zavala, Moreno Valle, Aureoles, Graco et al), pero si lo que les importa es el país, más allá de sus intereses y ambiciones personales, tendrían que declinar para dar paso a un candidato de unidad y presentar un programa realista y viable para rescatar a México.
Suena utópico pero no imposible. Habrá que porfiar para que se logre.
Alguna vez fui uno de esos lectores que cargaba La Jornada debajo de la axila. Y la leía, claro. Dejé de procurarla hace muchos años, a partir de que cambió al periodismo por el activismo y la consigna. Pero tengo claro que es un medio necesario y que no debe desaparecer. A pesar incluso de su directiva y de colaboradores disparatados como Ackerman, Jalife y algunos otros. Ojalá las partes en conflicto sepan resolver sus problemas y el periódico siga saliendo día con día. No simpatizo con su línea, pero sí con su existencia.