México y Trump
El encuentro de Peña Nieto con su contraparte estadunidense, en el contexto de la cumbre del G20, es relevante para el país en sus propios términos y porque el TLCAN iniciará un proceso de revisión a fondo
El presidente Trump es una amenaza para el mundo y también para México. Incluso es un problema para la misma política estadunidense. La realidad es que una parte importante de la opinión pública mexicana hace creer que el problema es del presidente Peña Nieto y de su gobierno, no del país. No reparan en entender que Trump continuará en el poder y que posiblemente pueda reelegirse; en otras palabras, habrá más de una generación de mexicanos cuya referencia del país vecino será la de la presidencia del señor Trump.
El encuentro del presidente mexicano con su contraparte, en el contexto de la cumbre del G20, es un evento relevante para el país. Lo es en sus propios términos y también porque el TLCAN iniciará un proceso de revisión a fondo. Es inevitable que los medios den atención a lo secundario, a lo anecdótico que en el caso de Trump se llama provocación. Lo importante es que México necesita de EU, al igual que EU requiere de México. La retórica del presidente estadunidense dice otra cosa, pero lo importante es la realidad, allí se bordan las negociaciones y los acuerdos.
Trump hace ver que México es un problema de EU; sin embargo, su mismo gabinete confirma que EU, al menos en el tema de seguridad, es la causa de buena parte de la violencia y la criminalidad por el consumo de drogas y, aunque no se diga, por la política prohibicionista que ha dominado el tema. Tampoco se dice que el comercio ilegal de armas es otra de las causas del México ensangrentado. Pasa el tiempo y las autoridades estadunidenses poco o nada hacen por cambiar la permisividad en el comercio de armas que a su misma sociedad pone en riesgo.
México no debe hacer de terceros la causa de sus dificultades, pero tampoco las condiciones de su éxito. Hay que volver la vista hacia el país para identificar que muchos de nuestros problemas tienen origen doméstico. Las reformas durante esta administración han sido uno de los mayores logros de esta generación. Se ha trivializado su contenido y se han cuestionado interesadamente sus alcances, la realidad es que son la mejor plataforma para la modernización del país y un crecimiento con calidad y justicia.
Es importante que el próximo relevo de gobierno sea consecuente con esta voluntad reformadora y con las nuevas condiciones que los mexicanos han resuelto del pasado reciente. Debe preocupar, no solo para los empresarios o para quienes suscriben el liberalismo económico, la propuesta regresiva de revertir los cambios. La decisión ha sido tomada y es inaceptable que desde el gobierno pudiera sabotearse lo que ahora está en la Constitución; es fundamental darle continuidad.
Por otra parte, la disputa por el voto no debe servir para dividir al país en el momento crucial de la negociación del acuerdo comercial. Cuestionar a la autoridad no significa debilitarla; el TLCAN se negoció en el momento en el que el entonces presidente Salinas contaba con una importante popu-
Es importante que el próximo relevo de gobierno sea consecuente con la voluntad reformadora y las nuevas condiciones que los mexicanos han resuelto del pasado reciente
laridad y reconocimiento, especialmente desde el sector empresarial. Los términos del acuerdo fueron positivos y los resultados muestran que fue una decisión visionaria de las tres partes que lo suscribieron.
Los problemas inmediatos del presidente estadunidense no son sus vecinos, sino la investigación en curso sobre sus vínculos con el gobierno ruso y la intervención de éste en el proceso electoral para obstruir el triunfo de la señora Hillary Clinton. La evidencia no es menor, tampoco que el señor Trump y sus colaboradores se manejaron con descuido sobre el tema. En la reunión del G20 la atención no fue el encuentro con el presidente de México, sino el que tuvo por dos horas con el presidente Putin. Obligadamente inició con el reclamo de Trump por la intervención rusa en la elección. Fue suficiente la negativa del presidente ruso para que su contraparte diera por superado el diferendo, tema que genera controversia y rechazo en la opinión pública estadunidense.
A pesar que el partido del presidente tiene mayoría en ambas cámaras del Congreso no es un presidente fuerte. No solo tiene un rechazo mayoritario de la opinión pública, sino que en su mismo partido enfrenta resistencias resultado de que esto puede afectar las elecciones de congresistas a realizarse cada dos años. Por otra parte, su gabinete no comparte el estilo pendenciero y de confrontación de su presidente.
La reelección de Trump es un largo proceso en el que no se excluye el triunfo. Es un eficaz comunicador y los efectos de corto plazo de sus decisiones muestran un crecimiento importante del empleo, la disminución de la inmigración ilegal y un eventual repunte del crecimiento. Nada debe excluirse, sobre todo minimizar una amenaza.