Un taxi hacia la muerte
El 1 de enero de 2003, un grupo de personas acudió a un departamento de la calle Spanish Oak, en Jacksonville, Florida, a visitar a Nikia Shanell, de 19 años, quien no había visitado a su familia en días recientes, algo inusual en la mujer, quien siempre estaba presente en la cena de fin de año.
La familia de la joven supo que algo andaba mal cuando vieron a su hijo de dos años golpeando los vidrios de la ventana pidiendo ayuda. Al entrar, un fuerte olor a descomposición los hizo temer lo peor.
Así era: Nikia estaba muerta en la cama de una de las habitaciones, con un cordón alrededor del cuello. El otro hijo de la mujer estaba en su cuna, pese a que el mueble estaba volteado en el piso. El instinto de supervivencia del niño de dos años lo salvó a él y a su hermanito con la leche y la comida del refrigerador.
Nikia, embarazada de seis meses, era una más de las víctimas de un asesino serial que atacaba mujeres afroamericanas que vivían solas.
La policía local había evitado mencionar públicamente que enfrentaba a un predador reiterativo; sin embargo, las cosas cambiaron menos de un mes después del asesinato de Nikia, cuando las autoridades recobraron seis cuerpos de mujeres en diferentes momentos, en los que no había duda de que habían sido obra del mismo asesino.
Antes de Nikia, el 19 de diciembre de 2012, la policía encontró el cuerpo de Nicole L. Williams envuelto en una sábana. La joven tenía 18 años y las autoridades especulan que fue asesinada en un hotel de Jacksonville. Antes de morir estrangulada, Williams fue violada en varias ocasiones.
Desaparecida el 20 de enero de 2003, los restos de Jovanna Tyrica Jefferson, de 17 años, fueron hallados en una zanja el 5 de febrero del mismo año. En esa ocasión los agentes no tuvieron la oportunidad de reponerse, pues debajo del cuerpo de Jovanna rescataron un cadáver más: el de Surita Ann Cohen, de quien no se tenían noticias desde el 20 de enero del año referido.
El modo de operar del criminal, más el semen recabado en los diferentes cuerpos, despejó cualquier duda de que las autoridades se enfrentaban a un homicida en serie.
Sin embargo, las pistas más sólidas para atrapar al asesino las aportaron algunos testigos, quienes señalaron que Jovanna y Surita fueron vistas por última vez viajando en un taxi.
Paul Durousseau fue arrestado el 3 de febrero de 2006 cuando visitaba a los dos hijos que tuvo con una mujer que puso tierra de por medio cuando estuvo a punto de morir estrangulada.
A los asesinatos de Nikia Shanell, Shawanda McAlister, Nicole Williams, Surita Cohen y Jovanna Jefferson, la policía añadió los hijos que dos de las víctimas traían en el vientre. Asimismo, posteriormente se comprobó que Durousseau había matado a Tracy Habersham en Columbus, Georgia.
Nativo del estado de Texas, Durousseau había llegado a Jacksonville en compañía de su esposa, quien consiguió un empleo en dicha ciudad. El individuo tenía un extenso archivo delictivo, en el que destacaban el robo y la violación de adolescentes.
Pese a todo, Durousseau nunca tuvo problemas para encontrar empleos en los que duraba muy poco. De hecho, las investigaciones ulteriores a su arresto revelaron que el delincuente conoció a varias de sus víctimas como chofer de taxi.
De acuerdo con una nota aparecida en The Business Journal de Jacksonville, las familias de tres de las víctimas de Durousseau demandaron a la compañía Gator City Taxi por haber contratado a un individuo sin investigar sus antecedentes.
El 13 de diciembre de 2007, Paul Durousseau fue condenado a morir por inyección letal. Espera su cita en el pabellón de la muerte del estado de Florida.