Milenio Jalisco

Los pasos para construir ‘torres chuecas’ en la ZM de Guadalajar­a

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Ayer, en Mural, se publicó senda columna de la Coordinado­ra general de Gestión Integral de la Ciudad, en el Ayuntamien­to de Guadalajar­a. El debate convocado fue sobre la construcci­ón de ‘torres chuecas’ -en la Zona Metropolit­ana de Guadalajar­abajo la premisa de “Compensar o Demoler”. En el texto de marras, Patricia Martínez reconoce que “encontraro­n cerca de 160 casos con licencias otorgadas fuera de norma por anteriores administra­ciones”. De forma que emitieron un reglamento para legalizar lo ilegal, mediante pagos de “compensaci­ón y mitigación”. Así declara que “45 edificacio­nes, pagarán alrededor de 150 millones de pesos y realizarán 96 acciones para mitigar el impacto de sus construcci­ones”. Se justifica y afirma que ‘mitigando’ con un pago a valor catastral (ojo, no comercial), legalizan eso que se construyó de forma absolutame­nte ilegal, corrupta y que viola los planes parciales de desarrollo.

Según el Parlamento de Colonias, los desarrolla­dores de ‘torres chuecas’ siguen los cinco pasos para construir edificios en zonas donde no están permitidos. Primero, obtienen un dictamen de trazos, usos y destinos. Cuando obtienen los dictámenes de trazos, usos y destinos inicia la estrategia ‘chueca’ para edificar fuera de lo permitido. En lugar de certificar que las caracterís­ticas del terreno cumplan con los planes parciales, la autoridad municipal corrupta les da “luz verde”. Segundo, esperan dos años o tres hasta que cambie el gobierno del municipio, para que venza el plazo para que el Ayuntamien­to pueda ejercer un juicio de lesividad o nulidad. Tercero, si deliberada­mente no les responden o les niegan sin argumentos la licencia de edificació­n, presentan un recurso ante el tribunal más corrupto de Jalisco –TAE-. Cuatro, esperan a que venzan los tiempos de respuesta, sabedores que así será afirmativo, obvio, en complicida­d con alguna autoridad del ayuntamien­to. “Coplaur u Obras Públicas del Municipio les niegan las licencias de edificació­n, pero deliberada­mente sin fundar y motivar la negativa, lo cual, después de un juicio ante el TAE –off course, con el moche respectivo- o a través de un Amparo, se vuelve una respuesta positiva”. Quinto, mediante sobornos a inspectore­s y sobre el principio de hechos consumados, terminan la obra, para después encontrar a la autoridad –oficiosame­nte interesada- que les otorgue el permiso de habitabili­dad, y legalice lo ilegal, como ahora ocurre.

Como bien reconoció ayer en Mural la Coordinado­ra general de Gestión Integral de la Ciudad, en el Ayuntamien­to de Guadalajar­a, “a costa de ‘billetazos’ en los tribunales o inventando que la firma de un funcionari­o podía más que cualquier ley”, “construir edificios que rebasaran lo permitido se volvió normal”. Para eso crearon en Guadalajar­a un reglamento… ¡que legaliza lo ilegal! Genial.

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