Campos de crudo en México desatan furor
Nueva fiebre petrolera atrae a Slim, al presidente del Real Madrid...
La pugnas han sido tan intensas que se han requerido bonos multimillonarios en dólares en efectivo para desempatar las ofertas
El sector petrolero de México se volvió exótico.
Desde el presidente del Real Madrid, el club español de futbol, hasta Carlos Slim, el magnate de las telecomunicaciones, y las empresas llamadas Jaguar Exploration y Sun God Resources, se acumulan los nuevos compradores en la industria petrolera del país que durante décadas fue territorio indiscutible de Pemex.
Este mes trajo una licitación de campos petroleros particularmente dramática, con una competencia tan intensa que se necesitaron bonos multimillonarios en dólares en efectivo para desempatar ocho ofertas, en momentos hubo jadeos de la audiencia debido a su tamaño.
Los postores llegaron justo después de un descubrimiento que confirmó que México tiene activos de clase mundial —un consorcio, que incluye a Talos Energy de EU, Sierra Oil & Gas de México y Premier Oil de Reino Unido—: anunció el quinto hallazgo más grande del mundo en los últimos cinco años, hasta con 2 mil millones de barriles de petróleo. El grupo explora uno de los únicos dos bloques otorgados en la primera licitación de México, en julio de 2015.
ENI, la gran petrolera italiana, también mejoró un descubrimiento en su bloque de Amoca para tener un potencial de mil millones de barriles.
El interés comenzó a prender desde que una histórica reforma en 2014 abrió el sector energético, cerrado en 1938 cuando se expropiaron los activos de empresas estadunidenses y británicas y fue creada Petróleos Mexicanos.
Pero las finanzas del grupo estatal colapsaron después de que el gobierno la desangró; un tercio de sus ingresos dependían de los recursos petroleros. Asolada por la corrupción y golpeada por la caída de los precios, su caída hizo que fuera necesaria una reforma para un sector particularmente con urgencia para atraer nuevas inversiones, al tener en cuenta que la producción estuvo en una caída durante una década.
En los últimos dos años el gobierno ha subastado activos que alguna vez pertenecieron a Pemex, tanto bloques de exploración no descubiertos mar adentro como campos maduros en tierra, pero que la compañía no tenía fondos o carecía de la experiencia para desarrollar.
El proceso de licitación —diseñado en 2014 cuando el petróleo se encontraba en 100 dólares el barril, pero que inició después del desplome de los precios— al principio fracasó y solo se otorgaron dos de los primeros 14 bloques.
Pero a pesar de los bajos precios comenzó a fortalecerse con un creciente número de compañías que hacen ofertas cada vez más altas.
México, que en 1921 suministraba una cuarta parte de la producción mundial de petróleo, “sin duda está de nuevo en el mapa”, dice Pablo Medina, analista de Wood Mackenzie, la consultora petrolera.
La promesa de las aguas profundas del país atrajo a la artillería pesada mundial: ExxonMobil, Chevron, Total, BP, Shell, Statoil y BHP Billiton. Pemex perfeccionó su habilidad en aguas someras después del descubrimiento del yacimiento gigante de Cantarell en 1976, pero necesita el poder financiero y la experiencia de las grandes petroleras. Cnooc, de China, también ganó dos bloques de aguas profundas y Shandong tomó campos en tierra.
México adjudicó 70 contratos con un valor esperado de 60 mil millones de dólares de inversión a empresas de 17 países hasta el momento, de acuerdo con Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Carlos Slim. Antes el hombre más rico del mundo, hizo su fortuna en las telecomunicaciones. Pero Carso, su conglomerado, tiene intereses variados, entre ellos la construcción del nuevo aeropuerto insignia de Ciudad de México. Carso tomó dos bloques en tierra el 12 de julio, uno con un desempate después de pagar un bono en efectivo de 13 millones de dólares. Talos, Sierra y Carso hicieron juntos la oferta, sin éxito, en la licitación de 2015 y perdieron ante ENI por el campo que ahora se considera de mil millones de barriles de petróleo. La compañía de Slim puede animarse con uno de los principios de Carso: “El optimismo firme y paciente siempre rinde frutos”.
Dionisio Garza. ex jefe de Alfa, el conglomerado mexicano, es un cazador muy hábil. El miércoles pasado atrapó su presa. Su nueva compañía, Jaguar, ganó 11 bloques, cinco por su cuenta y seis más en una alianza con Sun God Resources de Canadá. Su determinación —y mucho dinero de su fondo de inversión Topaz— quedó clara: Jaguar logró dos bloques después de desempatar con ofertas en efectivo de 26 y 29 millones de dólares. La mayoría de las otras ofertas de desempate estuvieron en el rango de 2 a 4 millones de dólares. Para poner eso en contexto, el consorcio que lidera Talos ya invirtió hasta el momento entre 40 y 50 millones de dólares en su principal descubrimiento. Garza no es ajeno a los grandes negocios: en 1994 logró una alianza de mil millones de dólares con AT&T, el grupo estadunidense de telefonía.
Florentino Pérez. Javier El Chicharito Hernández, el jugador mexicano más conocido, logró anotar nueve goles en la temporada que jugó para el Real Madrid. Ahora, Florentino Pérez, presidente del club español, logró una gran anotación en México. Su compañía Iberoamericana de Hidrocarburos obtuvo tres bloques en tierra en alianza con Servicios PJP4.
Miguel Galuccio. Cuando Talos-Sierra-Premier anunció un hallazgo de entre mil 400 y 2 mil millones de barriles en aguas someras de crudo ligero, un nombre estaba ausente de la lista: Riverstone. El fondo de capital privado que se enfoca en la energía apostó en grande en México. Respalda a Talos y Sierra y se une con Miguel Galuccio, ex jefe del grupo argentino de energía YPF, para crear Vista Oil & Gas, que espera recaudar 500 millones de dólares en una OPI en México que se dará en unas semanas.