Los tesoros ocultos de Netflix
Ya le escribí de Crackle y de Amazon Prime, ¿pero qué pasa con Netflix? ¿Qué tiene de nuevo, de maravilloso? ¿Qué le podría recomendar?
Entre las muchísimas novedades de este importante sistema de distribución de contenidos en línea está la serie Lucifer, un título esencial que nos hacía falta… ¡Desde el año pasado!
¿Cuál es la nota? Que éste es un show de Fox que nos debió haber llegado a los cables y las antenas directas al hogar por Fox y que jamás vimos por Fox.
¡Qué tan poderosa no será Netflix que está pasando las producciones de marcas como Foxantes que Fox!
Y es un cañonazo, un proyecto que no hay manera de ver y de no adorar.
Lucifer es una serie policiaca, de acción, humor, romance, fantasía y aventuras originalmente concebida para la televisión abierta de Estados Unidos.
Narra las aventuras de Lucifer, sí, del diablo, durante unas vacaciones en la ciudad de Los Ángeles.
Para no hacerle el cuento largo, es una serie tipo Bones pero con tintes de Buffy, la cazavampiros y Angel, muy en la tendencia de volver al origen, a lo que siempre han sido y serán las series de entretenimiento para televisión abierta.
No es buena. ¡Es buenísima! No se pierda su diseño de personajes, participaciones aparentemente insignificantes que van creciendo como la de la psicóloga o como la del predicador.
Aquí hay mucha tela de dónde cortar y lo más interesante, por supuesto, es el manejo que se hace de la figura del diablo, de cómo lo que antes era malo ahora es bueno y de cómo todo, incluyendo la bondad de los ángeles, es relativo. Se la recomiendo.
Tres por ciento
El volumen de producciones originales y lanzamientos de Netflix es tan grande que no siempre hay manera de reportarlos todos y es que también hay que hablar de lo que sucede en las otras plataformas, en los otros canales.
Quiero aprovechar que estoy profundizando en Netflix para regresar a Tres por ciento, un título fundamental para México, América Latina y todo el mundo, que nació por y para esa compañía.
Sí, yo sé que el título es espantoso y que la publicidad nunca se distinguió por ser la cosa más atractiva del universo, pero le juro que estamos hablando de algo grande.
Tres por ciento es como Los juegos del hambre, Maze Runner y Divergente, pero en serie, un espectáculo juvenil total para quienes aman la adrenalina, las pruebas y los videojuegos.
No le voy a vender trama para no arruinarle la experiencia pero la historia es fantástica.
Se supone que en el futuro el mundo va a estar dividido en dos bandos. Uno, pobre, violento, enfermo. El otro, rico, perfecto, avanzado.
El pequeño detalle es que solo el Tres por ciento de la población puede estar en el lado ideal y que para llegar ahí, a los 20 años, hay que pasar por una alucinante red de pruebas físicas y psicológicas.
Por si esto no fuera lo suficientemente atractivo, hay conspiraciones a ambos lados de la realidad, muchas sorpresas y personajes redondos, llenos de contradicciones.
Tres por ciento es un acontecimiento como 2091, un título que hay que ver completo para en verdad apreciar el nivel de producción de series que hemos alcanzado en América Latina y es que, ¡qué cree!, se trata de un concepto brasileño. ¡Búsquelo!
Estocolmo
A propósito de los tesoros ocultos de Netflix y de títulos latinoamericanos, por ahí anda una serie argentina, también de producción original, francamente excelente. Se llama Estocolmo y está llena de cualidades tanto en fondo como en forma.
Volvemos a lo mismo, el título es nefasto, una invitación al fracaso, pero cuando la vea completa, la amará.
Sin spoilers le comento que esta es una serie sobre varios de los peores horrores que vivimos todos los hombres y mujeres no solo en México y Argentina. ¡En todo el mundo!
Es sobre el secuestro, la trata de personas, la corrupción y la ausencia de ética por parte de los medios de comunicación. Es una bomba thriller que no le pide nada a El jardín de bronce y Epitafios con varias peculiaridades.
Primero, una estructura dramática que juega con el tiempo y el espacio atrapándonos como si nosotros fuéramos los secuestrados por la serie de televisión.
Y segundo, un conjunto de personajes maravilloso, perverso, retorcido, imperfecto, descarado, sensacional.
¿Qué tienen en común 3 por ciento y Estocolmo que no han hecho tanto ruido en la opinión pública mexicana? Que navegan con etiqueta de productos locales, no regionales, no latinoamericanos.
Empresas como Telemundo, Fox y Clarovideo no han acostumbrado, para bien o para mal, a producciones panregionales, a títulos con actores de toda América Latina.
Regresar, después de esto, a emisiones generadas país por país, es un tanto complicado pero hay que hacerlo. A final de cuentas cada una de nuestras naciones latinoamericanas tiene algo diferente qué contar. ¿O usted qué opina?