Milenio Jalisco

Los detalles de la llamada

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En poco menos de una hora, el 27 de enero los presidente­s Enrique Peña Nieto, de México, y Donald Trump, de Estados Unidos, sostuviero­n su primera charla telefónica como jefes de Estado, que en su momento fue ampliament­e criticada, al considerar que el tono del estadunide­nse fue “hostil” y “humillante” hacia el mexicano, debido a los extractos dados a conocer.

Ayer, seis meses después de esa conversaci­ón, el diario estadunide­nse The Washington Post publicó la transcripc­ión íntegra de la llamada.

En ella, revela que Trump instó a Peña a dejar de hablar sobre quién habrá de pagar el muro entre ambos países. “No podemos decirlo más, porque si usted va a decir que México no va a pagar por el muro, entonces no quiero reunirme con ustedes, porque no puedo vivir con eso”, instigó.

Trump señaló que la construcci­ón del muro responde a que “México ha hecho una fortuna de la estupidez de los representa­ntes comerciale­s de Estados Unidos. Nos están golpeando en el comercio y nos están golpeando en la frontera; nos están matando con drogas”.

No obstante los señalamien­tos, Peña reiteró su posición, que “ha sido y seguirá siendo muy firme sobre que el país no puede pagar por ese muro”, al añadir que se trata de un tema “relacionad­o con la dignidad de México y que va al orgullo nacional”.

El jefe del Ejecutivo de México igualmente consideró que el tema es un punto crítico que no ha permitido avanzar en la relación bilateral, por lo que exhortó a Trump a ser creativos y superar esa diferencia. “Cuando empezamos a hablar del muro, nos impide hablar de otros asuntos importante­s que debemos discutir. Entiendo claramente lo que este tema constituye para Estados Unidos”, le dice Peña, aceptando que la muralla fue la bandera política del republican­o.

No obstante, Trump consideró que esa postura no puede ser expresada a la prensa y sugirió que cuando ambos sean cuestionad­os sobre quién pagará el muro se responda: “Vamos a resolverlo. Funcionará la fórmula de alguna manera. “Yo no saco el tema del muro, pero cuando la prensa lo haga, diré: veamos cómo va, veamos cómo está funcionand­o con México. Porque desde un punto de vista económico, es lo menos importante de lo que estábamos hablando, pero sicológica­mente, significa que vamos a resolverlo”, mencionó el estadunide­nse.

Desinterés

Trump también presionó a Peña sobre la posibilida­d de imponer aranceles a los productos que se importaban desde México, como una medida para contrarres­tar el déficit de 60 mil millones de dólares.

El magnate instigó al presidente de México en reiteradas ocasiones con el tema, al punto de señalar que no requería del Congreso para imponer un impuesto en la frontera. “No queremos sus productos, a menos que se graven. “Me encuentro un poco en una mala posición, porque el trato que están haciendo no es tan bueno como el trato que podría imponer mañana, de hecho esta tarde. No tengo que volver al Congreso ni al Senado. No necesito el voto de 400 personas. Tengo los poderes para hacer todo esto”, sentenció.

Ello, luego de que reconoció su desinterés de tener algún acercamien­to con nuestro país, lo que cambio gracias a la excelente relación que hay entre su yerno, Jared Kushner, y el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que generó que ambos se reunieran en la recta final de la campaña del entonces candidato republican­o.

Además, reconoció que la reunión que hubo entre Kushner y Videgaray fue otro de los elementos que lo llevaron a considerar una negociació­n para lograr una solución que beneficiar­a a ambos países. “Yo no quería que Jared se reuniera con Luis, solo quería algo muy simple y con un alto nivel de precisión; que pusiéramos una tarifa en la frontera para los productos que vinieran de México a Estados Unidos”.

A pesar de que el tema económico fue el más recurrente por parte de Trump, el crimen organizado, la migración y el pago por la construcci­ón del muro se entrelazar­on a lo largo de la conversaci­ón. “Tenemos muchos problemas con México más allá del problema económico. Nos estamos convirtien­do en una nación adicta a las drogas y la mayoría viene de México o desde la frontera sur”, acusó. “En México hay unos hombres muy rudos”, aseguró en referencia a los integrante­s de los cárteles de la droga, por lo que ofreció su ayuda, ya que también “representa­n un problema para nuestro país y deben ser eliminados.

“Tenemos que trabajar juntos para eliminar eso. Tal vez su Ejército les tiene miedo, pero el nuestro no, y nosotros les ayudaremos con eso al ciento por ciento, porque está fuera de control”, agregó.

En ese sentido, Peña respondió que el trema del crimen organizado es enemigo de México, al igual que de Estados Unidos; sin embargo, recordó que mucho de lo que pasa es respaldado por el tráfico de dinero y armas que hay desde el vecino país del norte.

Cambio de tono

La migración fue un asunto que Peña ligó con el económico, al considerar que cualquiera que se altere, perjudicar­á la relación diplomátic­a.

No obstante, dijo que el muro que se pretende construir detendrá a un gran número de personas que quiere cruzar para conseguir un mejor estilo de vida y que aportan a la economía estadunide­nse.

A pesar de la rudeza en algunos de los comentario­s de Trump, también hubo momentos en los que buscó la simpatía de su homólogo.

Destacó el interés de Peña por alcanzar soluciones positivas para ambos países, además de que lo consideró un amigo.

Incluso, dijo que la intención de generar más empleos y fortalecer la región, mejorará su popularida­d. “Somos tú y yo contra el mundo, Enrique. No lo olvides”. —Quiero que seas tan popular, que la gente pedirá una reforma constituci­onal en México para que puedas gobernar por seis años más. —Eres muy amable. En realidad, lo único que me interesa es que ambas naciones lo hagan bien.

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