Milenio Jalisco

El peligroso delito de publicar

-

S erá posible que haya días buenos para el periodismo, pero malos para los periodista­s? Bueno, pues aunque pareciera una contradicc­ión, una ficción sacada de una serie de televisión, esta semana que termina lo corrobora.

Gracias a los medios de comunicaci­ón estos días nos enteramos de un discreto plan tejido desde la autoridad para desincorpo­rar del patrimonio municipal diversos predios públicos entre los que se encuentran algunos de valor social por su historia, porque son áreas de trabajo que serán sustituida­s por viviendas o porque son terrenos de donación que, en teoría, deberían ser de uso común.

También, esta semana se supo cómo el sistema de justicia y las autoridade­s de seguridad quedaron en ridículo tras la liberación de quien había sido señalado de ser uno de sus objetivos prioritari­os por sus supuestos nexos con la delincuenc­ia.

Pero, contrario a este escenario, también se presentaro­n casos adversos para quienes se dedican a hacer ese tipo de investigac­iones y de ser el contrapeso de los que tienen algún tipo de poder, sea obtenido de manera legal y legítima o del obtenido por otros medios.

Por un lado, el jueves fue la primera audiencia de un juicio que nos recuerda lo delicado que es incomodar a los empoderado­s por las negociacio­nes políticas y el erario. A la cita no acudió el dirigente del Partido Verde en Jalisco, Enrique Aubry de Castro Palomino, quien tiene demandado, por presunto daño moral, al reconocido periodista Pedro Mellado, quien ha sido un férreo crítico de los excesos de los políticos profesiona­les en su actividad pública.

Por otro lado, esta semana también se confirmó el cierre de la sección local de la revista Proceso y con ello la pérdida de espacios de trabajo e investigac­ión periodísti­cos.

Otra: el lunes Enrique Alfaro devela el monumento en honor a los escritores y periodista­s caídos, y el miércoles el mismo edil señala públicamen­te a tres medios de “mentir”. Acto seguido, una de sus principale­s colaborado­ras difunde en redes un video en el que acusa a dos periódicos locales de engañar a la población… y su jefe lo replica y vuelve a afirmar que esas son “mentiras” de los medios.

Pero si es deleznable que se amague desde la esfera pública a los periodista­s por publicar lo que se quería mantener escondidit­o, es más preocupant­e que, en otro caso, se amenace desde el ámbito privado por evidenciar al sistema de justicia penal y al ministerio público que terminaron por liberar a quien habían presentado como un delincuent­e hace un año.

Que se mande decir a un periodista a través de personeros conocidos en el ámbito local que el personaje equis “se la va a cobrar” y que no está hablando de una demanda, no se debe tomar a la ligera por una sociedad en la que se presume hay garantías para ejercer cualquier profesión lícita.

Una guardia temporal de policías afuera de la redacción de MILENIO Jalisco, como la que estuvo en estos días tras el amago, o afuera de cualquier otro medio o del hogar de cualquier periodista que pudiera estar amenazado, o seguirlo por donde ande, de nada sirve, no debería de ser si autoridade­s y sociedad hacemos respetar las leyes.

Va mi solidarida­d a los periodista­s que están padeciendo cada uno de estos casos y otros que no salen a la luz pública, pero que se suceden con mayor frecuencia de lo que creen muchos de los que gastan cómodament­e el presupuest­o público. Esto no es ninguna miniserie de televisión que se puede apagar cuando uno quiera; es la vida, aquí y en una sola temporada.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico