UNA FAMILIA DE BOMBEROS TAPATÍOS
Luz María tiene cinco hijos, cuatro de ellos son apagafuegos
Si bien la profesión de los bomberos es riesgosa, pues ponen en peligro su vida constantemente, son sus madres las que más padecen estas circunstancias y bien lo sabe Luz María Castañeda Huerta, quien tiene cinco hijos, cuatro de ellos son bomberos, quienes hoy celebran su día.
“Son cuatro hijos, los tengo en diferentes identidades de Guadalajara y diario con el peligro, esta es una labor peligrosa y yo creo que muchas madres van a entender lo mal que se siente cuando sus hijos se exponen a los peligros, de que salen ellos a hacer su labor y tú no sabes si regresen”, dijo en entrevista.
Se trata de Los Labrador: Carlos, Óscar, César y Daniel, quienes desde jóvenes mostraron vocación y ganas de servir y ayudar a la gente; pese a los sustos y desvelos que Luz María pasa cada día que están de servicio, se dice orgullosa y afortunada de que se dediquen a hacer lo que más les gusta y los apoya de manera incondicional.
“Yo les mando su bendición, Dios que me los proteja y adelante si eso les gusta hacer yo los apoyo en todo momento, además que los tengo muy unidos a los cuatro. Es un orgullo tener a mis hijos ahí, aparte de ser bomberos yo traté de darles su carrera, pero ellos se inclinaban por eso, y qué hice, apoyarlos a que se superaran y que fueran mejores, pero sí, diario con el pendiente, si timbra el teléfono a media noche yo luego luego pienso que les pasó algo”.
Luz María predica con el ejemplo y es que luego de enviudar tomó cursos en primeros auxilios para ayudar a la gente mayor. Toda su vida ha vivido en Tlaquepaque y en la cuadra la conocen como “La mamá de los bomberos”; recuerda que fue Carlos, el mayor, quien descubrió su vocación primero y “jaló” a sus hermanos
“Cuando fueron las explosiones del 22 de abril en la calle Gante, mi hijo estaba en la secundaria, tenía como de doce o trece años, y aquí estaba el Grupo Amigo y jaló al segundo y se fueron a ayudar a la gente que se vio afectada en las explosiones”, recordó.
A partir de ese momento, los hijos más grandes de la señora Luz María comenzaron su formación y fueron enseñando a los menores en esta profesión, que señala es tan importante y noble como riesgosa.
“Es una profesión noble, es una vocación que los ayuda humanitariamente, a mí me da mucho gusto que cada día que se da un curso ellos asistan a mí, me tienen contenta porque van a aprender y a saber más sobre su profesión para que estén más preparados para seguir ayudando”.
Luz María asegura que es tanta la adrenalina y emoción por la que pasan sus hijos que la contagian, y con gusto ella también portaría el uniforme.
“Cuando desfilan, tú sabes que son un respeto para gente y yo siento esa alegría, mi corazón empieza a temblar, quisiera andar junto con ellos y andar vestida de bombera, la adrenalina, ellos me la inyectan a mí”, expresó.
El 22 de agosto se celebra el Día Nacional del Bombero y para Luz María y su familia se trata de una fecha muy importante, pues se les da reconocimiento a sus hijos y a los bomberos que día a día arriesgan sus vidas, aunque a veces no cuenten ni con el equipo necesario para hacerlo.
“No en todas las instituciones tienen prestaciones que principalmente son sus uniformes, para protegerse cuando salen a un servicio, me gustaría que el gobierno inmediatamente los equipara como debe de ser, para que no arriesgaran de más su vida, entonces qué mejor que protegerlos para que hagan bien su trabajo y ayuden a los ciudadanos”, finalizó.