Desterrar la cultura tóxica, reto del nuevo jefe de Uber
Dara Khosrowshahi, sirio con perfil experimentado
El consejo de la empresa votó de manera unánime por el directo ejecutivo de Expedia, pero éste aún no dice si acepta
Dara Khosrowshahi, el director ejecutivo de Expedia, ya tuvo que lidiar antes con empresas problemáticas, pero nunca una con tantos problemas como Uber.
El consejo de Uber votó de manera unánime el domingo para ofrecerle el puesto de director ejecutivo, de acuerdo con dos personas familiarizadas con la decisión, pero Khosrowshahi todavía no dice públicamente si aceptará. De hacerlo, tendrá la difícil tarea de restaurar la suerte de Uber, donde el consejo de la compañía tiene una profunda división y los puestos directivos están vacantes.
La compañía no tiene un director de finanzas, un director de operaciones ni un consejero jurídico general. Dentro de Uber, algunos empleados dicen que trabajan la mitad de las horas de lo que solían hacer bajo el ex director ejecutivo Travis Kalanick, cuyo estilo audaz y ambicioso fue tanto una fuente de controversia como de inspiración.
Lidiar con la influencia de Kalanick, quien todavía controla tres asientos del consejo de administración y tiene una parte importante de los votos de los accionistas, también será un desafío clave para Khosrowshahi. Kalanick le dijo a personas cercanas a él que quiere permanecer involucrado en Uber de una manera que sea aceptable para el nuevo director ejecutivo.
Con formación de ingeniero, Khosrowshahi, de 48 años, representa una combinación de experiencia tecnológica y bancaria y aporta una perspectiva que es externa a Silicon Valley. Nacido en Teherán, creció en el estado de Nueva York y estudió ingeniería eléctrica en la Universidad de Brown. Ganó experiencia como banquero en Allen and Company, después comenzó a trabajar para Barry Diller, de IAC. Después de que IAC compró Expedia se nombró a Khosrowshahi como director ejecutivo y recibió la tarea de transformar la compañía.
En Expedia experimentó de primera mano el reto de tratar de revivir una empresa que alguna vez fue pionera pero que perdió su ventaja tecnológica. Dirigió la reconstrucción del código de Expedia cerca de la época de la crisis financiera, y guio a la compañía a través de adquisiciones que incluyeron la compra de HomeAway, un competidor de Airbnb. “Esta es una compañía que llegó a sentirse muy cómoda con el fracaso”, dijo en una entrevista con el Financial Times el año pasado, refiriéndose a Expedia. “Si no cambias como ejecutivo en una industria que se mueve tan rápido como la nuestra, estás muerto, estás fuera”.
Esas lecciones serán relevantes en Uber, donde la necesidad de una transformación estará en la cima de la lista de prioridades después de las crisis en las que estuvo inmersa, entre ellas escándalos de acoso sexual y una demanda por la tecnología de autoconducción por parte de Waymo, la unidad de vehículos autónomos de Alphabet.
Los competidores de Uber también surgieron como amenazas más serias en los meses recientes.