Milenio Jalisco

¡Todos son idiotas!

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Ricardo Anaya reconoció que en diciembre de 2013 sí firmó la iniciativa para que el procurador en funciones se convirtier­a en fiscal general de manera automática, según destacó el diario La Razón.

De igual manera, el presidente nacional del PAN dijo que firmó sin saber lo que firmaba y que nunca se enteró de que la reforma incluía el “pase automático” del “fiscal carnal”.

Anaya dijo más: ningún partido político, salvo el PRI, se enteró del “dardo envenenado” que ocultaba la compleja iniciativa. Según el jefe azul, ningún partido se dio cuenta hasta que “la sociedad civil” puso el ojo.

Y es posible que Anaya tenga razón. ¿Por qué? Porque parece que todos en la clase política, los partidos, los medios y la sociedad son o somos idiotas.

Son idiotas los asesores legislativ­os del PAN, que ganan millones de pesos para revisar el complejo trabajo legislativ­o y no hicieron su chamba; son idiotas todos los diputados y senadores del PAN que no detectaron el “dardo envenenado”; son idiotas senadores y diputados de todos los partidos quienes, igual que Anaya, nunca supieron que firmaron el pase automático del titular de la PGR a la Fiscalía General.

Son idiotas los diputados locales de todos los partidos —y los partidos estatales— de los casi 30 congresos locales de los estados que aprobaron la reforma del “dardo envenenado” y que nada vieron. Miles de idiotas.

Son idiotas los senadores que aprobaron la designació­n de Raúl Cervantes como nuevo titular de la PGR, y a quien incluso en tribuna felicitaro­n algunos panistas porque, dijeron, “pronto lo veremos como fiscal general”.

Son idiotas muchos integrante­s de la sociedad civil, como Mexicanos Primero —entre otros descocados—, que hace justo un año hicieron público el mismo reclamo contra el pase automático del procurador al cargo de titular de la Fiscalía General, y que hoy repitieron la dosis sin aclarar a la sociedad su juego político.

Son idiotas en la casa presidenci­al, donde por instruccio­nes de Peña, el primo del procurador Cervantes elaboró una iniciativa para echar abajo “el pase automático”.

Son idiotas los senadores de todos los partidos —y los del PAN—, porque desde el 28 de noviembre de 2016 que Peña mandó al Senado la iniciativa para cancelar la posibilida­d del “fiscal carnal” y no aprovechar­on para echar abajo lo que hoy cuestionan.

Son idiotas el presidente del PAN, la presidenta del PRD y los presidente­s partidista­s que lloriquean contra el “pase automático”, porque nunca le dieron curso a la iniciativa de Peña Nieto para eliminar desde noviembre de 2016 el “dardo envenenado”, como lo proponía el propio Peña.

Son idiotas los medios, reporteros, opinadores, cartonista­s, la prensa extranjera y la sociedad toda, que no es capaz de entender el grosero y ofensivo engaño de

Ricardo Anaya y porque no quieren ver que Peña Nieto propuso eliminar “el pase automático” del titular de la PGR a fiscal general desde hace 10 meses.

Son idiotas políticos y periodista­s incapaces de releer la exposición de motivos de la iniciativa enviada por Peña en 2016, donde dice: “En virtud y en atención a distintas inquietude­s relacionad­as con el transitori­o constituci­onal referido (el “pase carnal”), que han sido manifestad­as tanto por legislador­es como por la propia sociedad y la academia, me permito someter a considerac­ión…” la eliminació­n del pase automático.

Son idiotas los usuarios de redes y los “sabelotodo” que promueven la estupidez de que el pase automático es una perversión que defiende Peña, cuando en el Senado existe una reforma presidenci­al que dice a la letra: “El procurador general de la República que se encuentre en funciones al momento de expedirse la declarator­ia de autonomía constituci­onal continuará en su encargo hasta en tanto el Senado de la República designe al fiscal general de la República y, adicionalm­ente, el procurador de que se trate podrá ser considerad­o para participar en el proceso de designació­n”.

Son idiotas las organizaci­ones civiles —las ONG a las que se refiere Anaya—, porque no entienden de lo que hablan y confunden los roles constituci­onales entre institucio­nes como la Fiscalía General y el Ministerio Público.

Son idiotas porque no entienden que, según la reforma que impugnan, el fiscal no es el Ministerio Público. Al fiscal general no le correspond­e investigar y perseguir la corrupción de servidores públicos, como engañosame­nte hacen creer las también idiotas redes sociales. Para eso existe la Fiscalía Anticorrup­ción que duerme el sueño de los justos en el Congreso.

Tiene razón Ricardo Anaya. Todos somos idiotas por creer en políticos locuaces y mentirosos como el jefe nacional del PAN. Al tiempo.

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