Templos poblanos, entre daños y destrucción
El Episcopado cifra en 651 las iglesias afectadas en el país; autoridades en la capital del estado piden ayuda a la Unesco para la reconstrucción
En Puebla hay alrededor de 200 templos dañados, además de 16 monasterios ubicados en las faldas del Popocatépetl —tres en la entidad y 13 en Morelos—, luego del sismo de 7.1 del pasado martes, de acuerdo con un balance preliminar del INAH.
Arturo Balandrano Campos, coordinador nacional de Monumentos Históricos del organismo, dijo que en Puebla y en los demás estados afectados “no hay ninguna pérdida de monumentos, aunque los daños van de menores a severos, como fracturas de cubiertas y cúpulas y el colapso de torres y campanarios”.
El especialista indicó que hay numerosos daños al patrimonio cultural, a monumentos arquitectónicos, museos y zonas arqueológicas, pero sobre todo a los templos religiosos. “De los 373 inmuebles que han sido contabilizados en todo el país, cerca de 70 por ciento tienen daños menores y el resto son entre medianos y severos”.
Para su reconstrucción, precisó, se utilizará el Fondo de Desastres Naturales, así como apoyos de particulares e instituciones internacionales.
En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano confirmó que en el país hay 651 iglesias con daños, de las cuales 61 se ubican en la Ciudad de México, 200 en Puebla y 89 en Morelos.
La Arquidiócesis de Puebla entregó a MILENIO un informe en el que se describen las afectaciones a los templos, a los que divide en afectados y destruidos.
Entre los últimos la institución eclesiástica reporta los inmuebles de Atzala Chietla (donde el pasado martes, cuando ocurrió el sismo, murieron 11 personas durante la realización de un bautizo), que presenta derrumbe; la iglesia de Izúcar de Matamoros, que resultó con severos daños y un derrumbe en una parte del techo; las iglesias de Coatzingo y Santa María Cohetzal, así como los templos Parroquial Atlixco, de Coayuca y Ahuehitzingo, y el Claustro de San Pedro de los Frailes.
También están dañados el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, en Cholula; Santiago Apóstol, en Chila de la Sal; Santa Ana Jolalpan; Tepeojuma, San Juan Bautista Pilcaya y la capilla de San Juan la Sabana, de la Parroquia de Santa Ana Coatepec.
Fondos
Las instancias gubernamental y eclesiástica buscan ayuda para empezar la reconstrucción; por ejemplo, el presidente municipal de Puebla de Los Ángeles, Luis Banck Serrato, tomó la iniciativa y ya ha hecho la solicitud de apoyo a la Unesco, debido a que el Centro Histórico de la ciudad se encuentra inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad desde 1987, año en que contabilizaba 2 mil 600 inmuebles catalogados en una superficie de siete kilómetros cuadrados.
La directora y representante de la Unesco en México, Nuria Sanz, confirmó que ya está en contacto con Banck, con el gobierno del estado y con las autoridades federales para acordar el apoyo que el organismo puede ofrecer para la reconstrucción.
Comenta que “la Oficina de la Unesco en México está a la espera de que las instituciones estatales y federales marquen las prioridades para la entidad y para México, en cuanto al proceso de revisión del patrimonio, proceso que por supuesto acompañarán y seguirán, pero que todavía no están definidas”.
La aportación de la Unesco se realizará de acuerdo con la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, que contempla el Fondo de Respuesta Rápida.
El arquitecto Balandrano Campos dejó claro que todos los monumentos históricos, independientemente del uso y aprovechamiento que tengan, así como los monumentos arqueológicos, son responsabilidad del gobierno federal mediante la Secretaría de Cultura y del INAH. “Por eso, en caso de desastre como el que tenemos hoy, no dejaremos sola a la Iglesia católica, asociación religiosa que tiene bajo su resguardo la mayoría de los templos que son de propiedad federal”.
Por otra parte, mientras el INAH concluye la revisión de los templos de Tlaxcala, la diócesis de esta entidad ha dado instrucciones para suspender fiestas patronales o reuniones masivas, pirotecnia, música y repique de campanas, ya que el número de inmuebles dañados llegó a 116.