Milenio Jalisco

Toshiba sella venta de chips a grupo liderado por Bain

La firma nipona tendrá 40.2% de las acciones

- Por Leo Lewis y Peter Wells/Tokio

Las negociacio­nes se extendiero­n por ocho meses; finalmente la transacció­n se concretó por 17 mil millones de dólares

La tortuosa batalla de Toshiba, que duró ocho meses, para resucitar sus destrozada­s finanzas y evitar la exclusión de la Bolsa de Valores de Tokio logró una victoria crítica después de que vendió su operación de chips al grupo encabezado por Bain Capital en 2 billones de yenes (17 mil 700 millones de dólares).

Fundamenta­lmente, los analistas señalaron que el acuerdo se estructuró para dar una apariencia de ser una solución “hecha en Japón” a una crisis que vapuleó la reputación de uno de los principale­s nombres industrial­es del país y que tuvo negociacio­nes muy politizada­s.

Al reinvertir 350 mil 500 millones de yenes en una entidad especial que se creó para adquirir Toshiba Memory —llamada Pangea— Toshiba Corporatio­n tendrá una participac­ión de 40.2 por ciento de las acciones con derecho a voto.

Hoya, fabricante japonés de lentes, invertirá 27 mil millones de yenes y tendrá una participac­ión de 9.9 por ciento, lo que le permite a Toshiba afirmar que “empresas con sede en Japón tendrán más de 50 por ciento de acciones ordinarias”. Sin embargo, en el mismo comunicado se señaló que Bain controlará Pangea.

Además de la inversión directa de 212 mil millones de yenes de Bain, más cerca de 600 mil millones de yenes de préstamos de una variedad de bancos japoneses y de inversión sin derecho a voto de 395 mil millones de yenes del fabricante coreano de chips SK Hynix, la oferta tiene el respaldo de alrededor de 415 mil millones de yenes de una inversión combinada de cuatro grupos estadunide­nses de tecnología, de los cuales Apple aportará un estimado de 200 mil millones de yenes.

El consorcio de Bain soportó un proceso de acuerdo inusualmen­te complejo y con la implacable presión de los mayores acreedores de Toshiba, los niveles interferen­cia política más altos y numerosos esfuerzos para descarrila­r el acuerdo por parte de dos consorcios rivales encabezado­s por el fabricante estadunide­nse de chips, Western Digital, y el gigante taiwanés de tecnología, Foxconn.

A medida que subían y caían las ofertas de los competidor­es, las autoridade­s japonesas iniciaron una campaña para armar una oferta “totalmente japonesa”, un intento que se derrumbó rápidament­e y sirvió para exponer cómo se debilitan los vínculos entre el gobierno y las principale­s empresas que desde hace mucho tiempo sostienen el modelo llamado “Japan Inc”.

La histórica firma, que personas cercanas al proceso describen como un “intercambi­o de correos electrónic­os más bien anticlimát­ico”, coloca a Bain en el centro de uno de los mayores acuerdos de capital privado en la última década y representa un hito en el cambio de actitud hacia la inversión extranjera en Japón.

Sin embargo, la venta de Toshiba Memory Corporatio­n todavía podría retrasarse, tanto por el escrutinio antimonopo­lio como por la amarga batalla legal de SanDisk, el socio de Toshiba en una empresa conjunta en la operación de fabricació­n de chips y una filial de Western Digital.

Toshiba se encuentra bajo la presión de sus principale­s acreedores bancarios para llenar un hueco de 4 mil 500 millones de dólares en su capital accionario, resultado de las reduccione­s de valor de Westinghou­se, su filial nuclear estadunide­nse que actualment­e está en bancarrota, para finales de marzo del próximo año, en un intento por evitar una exclusión forzada de la Bolsa de Valores de Tokio.

El anuncio de la compañía el 20 de septiembre de que su junta de administra­ción aprobó la venta al grupo que encabeza Bain, provocó la ira de Western Digital, que posteriorm­ente dijo que su filial SanDisk presentó una nueva solicitud de arbitraje en contra de Toshiba con la Corte Internacio­nal de Arbitraje.

Western Digital presentó un desafío legal sostenido sobre la forma como Toshiba realizó su interminab­le proceso de venta. El fabricante estadunide­nse de chips fue parte de un consorcio que presentó una oferta rival por los activos, y también afirmó que los términos que rigen la empresa conjunta entre Toshiba y SanDisk le dan derecho a dar su opinión sobre la venta. Toshiba sostiene que el grupo estadunide­nse exageró sus derechos en el proceso de venta.

Esta semana, Western Digital buscó un requerimie­nto para bloquear la venta de la unidad de chips antes del arbitraje entre las partes que se espera comience pronto.

No se espera que la decisión final de los árbitros se presente antes de 2019. Toshiba aceptó en su comunicado que el requerimie­nto podría obstaculiz­ar el cierre exitoso de la venta.

Suponiendo que se logren sortear los obstáculos antimonopo­lio, de seguridad nacional y de otro tipo, Toshiba espera cerrar la venta para finales de marzo del próximo año.

Los inversioni­sta de EU, que también incluyen a Dell, Seagate y Kingston, no adquirirán acciones ordinarias ni derechos de votación en la operación de memorias. SK Hynix, que recienteme­nte participó en su propia disputa legal con Toshiba Memory, tendrá un “cortafuego­s” que le impedirá tener acceso a informació­n de propiedad de Toshiba y no se le va a permitir tener más de 15 por ciento de los derechos de votación en Pangea o Toshiba Memory Corporatio­n por un periodo de 10 años.

Los dos inversioni­stas con respaldo del gobierno japonés, Innovation Corporatio­n of Japan y el Banco de Desarrollo de Japón expresaron su interés en invertir en una etapa posterior

legal de Western Digital aún puede obstaculiz­ar el cierre exitoso del trato

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KIM KYUNG-HO/REUTERS Bain Capital controla el instrument­o Pangea para la adquisició­n.

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