Fraude al consumidor
Es casi imposible encontrar desarrolladores inmobiliarios decentes en esta ciudad, y menos comprar departamentos y casas en preventa con ellos, ya que lo que prometen cuando te ofrecen una vivienda es diametralmente opuesto a lo que en realidad te entregan. Aquí hay tres partes, un desarrollador abusivo, un consumidor inexperto y autoridades que deberían tutelar el derecho de los consumidores. Las personas compran erróneamente confiando en la buena fe del promotor inmobiliario, ya que en el mejor de los casos solo obtendrán un papel que prácticamente no dice nada, puesto que el promotor no se compromete a nada, cláusulas de acabados como “Closets según muestra”, “cocina según departamento modelo” o “fecha de entrega aproximado de tres a seis meses” son un pequeño ejemplo de la forma en que se engaña al consumidor.
Los promotores inmobiliarios deben utilizar “contratos de adhesión” debidamente registrados ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y debe contener la mención del número de registro otorgado y la fecha en que se le autorizó, pero la gran mayoría no los utiliza, si además tu compra es de pre venta el vendedor te debe mostrar el proyecto ejecutivo de construcción completo, la maqueta y, en su caso, el inmueble muestra físico o a través de medios electrónicos. Además de las autorizaciones, licencias o permisos expedidos por las autoridades para la construcción, señalando claramente el tipo y calidad de terminados y materiales a utilizar. A un conocido le acaban de entregar un departamento de lujo y los accesorios de los sanitarios resultaron de origen Chino y sin refacciones en el mercado.
Si lo estás comprando y es parte de una modalidad de la propiedad que se llama “condominio”, al menos te deben mostrar el “régimen de condominio” documento básico para saber cuál será tu aportación a los gastos comunes, cuánto representa tu voto, la forma de administrarlo y las limitaciones normales, desde color de las cortinas hasta la posibilidad de tener o no mascotas, pasando hasta por los niveles de ruido permitidos, entre muchas cosas más.
Todos los días hay fraudes inmobiliarios, recién se difunde que más de 100 compradores en un condominio del poniente de la ciudad están a punto de ser desalojados de sus viviendas cuando compraron e incluso les escrituraron con todas las de la ley. Afortunadamente muchas irregulares conductas de los promotores se pueden tipificar como delitos, así que hay que obligar a la PROFECO y al Ministerio Público que hagan su trabajo, las leyes ahí están e inclusive las pueden perfeccionar los señores diputados para evitar tanto abuso.
Ocurrieron los sismos en la Ciudad de México e inmediatamente se ha presentado incrementos de demanda, aún leves, con su repercusión en los precios de la vivienda en las zonas metropolitanas de Guadalajara, Querétaro y León que se esperan se multipliquen, mucha gente ya no quiere vivir en esa ciudad, esperemos no abusen de ellos al comprar su vivienda.
En otro tema, recuerdan nuestra historia de terror del “Alegre Jorgito”, pues nos cuentan que las autoridades fiscales lo traen como al tigre de la historia, esto es, “de la cola”, porque el SAT listó a uno de sus proveedores de supuestos servicios de nóminas como “Efos” en los términos del art. 69b del Código Fiscal, que traducido al español, significa, nada más ni nada menos, que presumen que es un vil vendedor de facturas apócrifas y por ende también presumen que empresas deportivas y otras del grupo empresarial las utilizaron indebidamente para “deducirlas” y acreditar el IVA, pero como la administradora era “la señora de los gases” quieren que el SAT vaya sobre ella. Se tendrán que defender cada quien por su lado, pero si resulta cierto el uso de documentación apócrifa, la sociedad exige mano dura. Los contribuyentes cautivos estamos hartos que empresarios evadan al fisco utilizando facturas falsas o comprobantes fiscales por supuestos pagos como Honorarios asimilables a Salarios por parte de empresas que nunca enteraron las retenciones.
Un “EFOS” es “Empresa que Factura Operaciones Simuladas” y/o Inexistentes y si alguno de tus proveedores ha sido detectado y enlistado por el SAT como un “efos”, debes de dejar sin efecto fiscal en tu contabilidad todas las facturas emitidas por dicho proveedor y pagar el impuesto, actualización y recargos que resulte ya que de lo contrario afrontaras créditos fiscales y consecuencias penales.